En multimedia Daimon O'livier.
La risa se apoderó de mí, ganándome un par de miradas acusadoras.
— Ellas estaban bromeando, ¿Cierto? - las amenazo con la mirada, como digna hija de mi madre.
— Sí... - se ríen nerviosas. — Estábamos bromeando, como siempre...
— Eso no cambia lo que pienso, Kylie. - vuelve a decir Daimon, mirándome fijamente. Definitivamente, esto se está saliendo de control. — ¿Puedo sentarme con ustedes?
— Creo que... - trato de negarme, pero fui interrumpida.
— Sí, adelante. - dice Charlotte. — Kylie, te estaba guardando el puesto, ¿Cierto?
No pude responder; ya que, Daimon se estaba sentando junto a mí.
Como dice mi mamá, el que calla otorga, pero justo ahora, no pude decir nada. Sinceramente, no sé en qué momento las cosas cambiaron entre nosotros.
— Buenas tardes, estudiantes. Se les informa que la otra semana se podrán inscribir los candidatos para el rey y la reina del baile escolar. - se escucharon un montón de gritos y silbidos celebrando, al mismo tiempo, en que felicitaban a Jayden y Megan por su nueva corona, sin que haya llegado el día, así de obvio es todo.
Kylie, solo ignóralos.
Él está bien, y sin ti.
No te necesita.
No te quiere.
Olvídalo.¡Dios!
Cada vez es más difícil, pensé que estaba mejorando. Casi no pensaba en él, hasta le dije a mis amigos que su nombre era innombrable, no existía, que su existencia no me importaba, ni perturbaba, y sin duda, no lo quería en mi vida, ni ahora, ni nunca.
¡Pero me estoy mintiendo, carajo!
Antes dije que lo estaba logrando o por lo menos avanzando, pero no puedo dejar de verlos, de verlo.
— ¿Kylie? - me susurra Charlotte.
— ¿Sí? - respondo de la misma manera, sin mirarla.
Ella toma mi mano, que, sin darme cuenta, estaba roja y los nudillos blancos. Poco a poco la suelto y ésta va tomando su color natural.
— Respira. - susurra. — No te preocupes, todo pasará.
Asiento.
— ¿Kylie, estás bien? - pregunta, Daimon. — Estás muy callada.
Intenté hablar, pero un nudo empezaba a formarse. Carraspeé un poco, y por fin salieron las palabras.
— Sí, no te preocupes, solo estoy un poco estresada.
Él me mira directamente a los ojos, intentando analizarme, sus ojos brillaban y su sonrisa se ensanchaba, mientras su mano acariciaba suavemente mi mejilla.
— Eres muy hermosa. - balbucea, pero logro entenderle.
Supongo que mi rostro debe estar más rojo que un tómate.
Carraspeo.
— ¿Tienen hambre?, yo me estoy muriendo.
Muerdo nuevamente mi deliciosa hamburguesa, para así, evitar las miradas y por fin, alimentar a mi estómago moribundo, aún después de que me dijeran que no podía comer dentro de algunas horas.
ESTÁS LEYENDO
Creí que era importante para ti. EDITANDO
Teen FictionMe enamoré de quien no debía y lastimé a quien no lo merecía. Nos herimos en el camino y la destrucción fue nuestro fin. Mis padres lo sabían, mis amigos lo sabían, yo lo sabía, y aun así, me entregué a él, en caída libre, sin seguro y sin regreso. ...