En un abrir y cerrar de ojos llegó mi cumpleaños y con él, se multiplicaron mis ganas de dormir y comer.
Durante todo este tiempo de "duelo y tusa", decidí levantar mis ánimos con lo que fuera; salía a correr todas las mañanas súper temprano, cuando en realidad, odio levantarme temprano. Salí con mis primas y sus amigos cada que me invitaban sin dudarlo, hasta con el estúpido de Logan, y eso, es tocar fondo. No sé si preocuparme o qué, pero cada vez me parecía menos estúpido.
Retomando el tema importante de hoy, que es únicamente mi cumpleaños, tengo que verme mejor que nunca.
Dirijo la mirada al reloj y veo que son las once de la mañana. Me van a matar. Salgo disparada al baño, lavo mi cara y hago todas mis necesidades.
Me sorprende que mi mamá no me haya puesto las mañanitas, las odio, siempre las coloca a las seis de la mañana y yo a esa hora todavía estoy durmiendo. No es muy agradable despertarse con Vicente Fernández a todo volumen, seguido de los Tambores Venezolanos por más de una hora. Insoportable.
Ya cuando estaba bañada entro a mi armario, me pongo un hoodie y un Jogger de Tie Dye, y mis Nike air force one blancos.
Quito el pestillo de la puerta y cuando estoy a punto de abrirla, esta se abre de golpe y me golpea en toda la cara tirándome al piso.
— ¡Feliz cumpleaños, Ky! - chillan sin percatarse del golpe que me dieron.
— Puta madre. - susurro, mientras acaricio mi nariz. Dolía.
— ¡Cariño!, ¿Qué haces tirada en el piso?, levántate. - ordena mi mamá.
— ¿De verdad?, no me había percatado de eso. - me apoyo de la cómoda y me coloco de pie.
Mi papá es el primero en felicitarme.
— Mi princesa está creciendo tan rápido. - dice quitándose una lagrima de la mejilla, por un momento me sentí culpable por crecer tan rápido, pero es inevitable. — Me tocará encerrarte en una torre oculta para que ningún pejelagarto te encuentre. - es inevitablemente no reírme de las ocurrencias de mi padre.
— Es inevitable. - susurro.
— Lo sé, cariño.
Mi mamá me mira de pies a cabeza y empieza a llorar desconsoladamente, no lo puedo evitar, siento que mi labio inferior tiembla y empiezo a llorar junto a ella.
— Mi Ky está tan grande y hermosa. - dice secándose el rostro.
La que sigue es Pía que corre a mis brazos, me abraza y me da un beso fugaz en la mejilla.
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Creí que era importante para ti. EDITANDO
Novela JuvenilMe enamoré de quien no debía y lastimé a quien no lo merecía. Nos herimos en el camino y la destrucción fue nuestro fin. Mis padres lo sabían, mis amigos lo sabían, yo lo sabía, y aun así, me entregué a él, en caída libre, sin seguro y sin regreso. ...