Como cosa rara, me levanté sola, sin despertador y sin mi mamá. Miro el despertador que estaba en mi mesa de noche, eran las 7:30 de la mañana. Me levanto de la cama y lo primero que hago es tender la cama, luego de eso ir a bañarme.
(...)
Ya bañada y vestida, abrí las cortinas, la habitación se llenó de tanta luz natural que no podías quedarte viendo el "paisaje" porque podrías quedar ciega. Me senté en el escritorio y empecé hacer el trabajo que no hice la noche anterior, me considero muy buena en historia y en español. Mis abuelos maternos son Colombianos, gracias a esto se hablar perfectamente el español, y el trabajo trataba sobre Los Nazis, pero teníamos que hacerlo en la lengua hispana.
(...)
Luego de al rededor de una hora y media por fin terminé de hacer el trabajo, de inmediato lo imprimo y lo meto en una carpeta. Estaba cansada. Y no había desayunado.
Me levanto de mi asiento y me dirijo hacia la puerta, cuando estoy apunto de abrirla, está se abre antes y deja ver la imagen de mi madre con una canasta de la ropa sucia.- ¡Que milagro que estás despierta a esta hora! - dice sorprendida. Solamente sonrió.
- Buenos días mami. - digo seguido de darle un beso en la mejilla. - ¿Mami, que hiciste de desayuno? - pregunto inocente.
Termino de abrir la puerta y dejo que pase. Ella va directo a mi armario. Me ignoró. Al salir dice.
- Tortilla española. - dice sonriendo. Ella sabe perfectamente que eso a mi me encanta. Sonrió aún más, nisiquiera e comido y ya la estoy saboreando. - Está en el comedor. Baja rápido antes de que se enfríe.
Sin pensarlo dos veces, le doy un beso en la mejilla y salgo corriendo hacia la planta baja.
Corrí por las escaleras sin tropezar, cuando llegue seguí corriendo hacia el comedor. Al llegar al umbral me detuve y fui caminando lo más tranquila posible, estaban mis abuelos paternos desayunando junto a mi papá.
Ellos eran totalmente diferente a mis abuelos maternos, las padres de mi papá eran un poco más reservados, mientras los padres de mi mamá eran más alegres y cómicos.
- Buenos días. - digo mientras me acerco a mis abuelos.
- Buenos días, Ky. - dice mi abuela, sonriendo.
Al estar a su lado le doy un beso en la mejilla.
- Mi Ky como está de grande y hermosa. - dice agarrándome de las mejillas. Odio que me hagan eso, pero no se lo podía decir.
Finalmente las soltó, probablemente debo tener las mejillas rojas como un tomate.
Luego me dirigí a donde mi abuelo, el sin dudarlo se levantó de su asiento y me abrazó, sin dudarlo le correspondí.
- Mi niñita como ha crecido. - dice sonriendo de oreja a oreja. - Hijo ya debes ir comprando la escopeta. - le dice a mi papá, que sin dudar asintió.
Mi abuela por su parte se carcajeó en su asiento.
Aún no estaba segura si saludar a mi padre, pero no podía seguir "enojada" con el. Así que me acerque y lo abracé, el al principio se sorprendió, pero no dudo en aceptarlo. El besaba mi cabello y cuando estaba apunto de separarme, susurró.
- Perdóname Ky...
- No te preocupes papi, se que estabas enojado. - le doy otro abrazo. Cuando nos separamos, fui directo a mi asiento y empecé a comer el delicioso desayuno que me esperaba.
(...)
El desayuno estuvo lleno de diversos temas y una que otra vez mi abuela, mi mamá y yo opinamos.
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Creí que era importante para ti. EDITANDO
Teen FictionMe enamoré de quien no debía y lastimé a quien no lo merecía. Nos herimos en el camino y la destrucción fue nuestro fin. Mis padres lo sabían, mis amigos lo sabían, yo lo sabía, y aun así, me entregué a él, en caída libre, sin seguro y sin regreso. ...