En multimedia Zara Williams.
Me desperté súper tarde y con unas ojeras enormes, ya se han vuelto mi sello personal. No paré de dar vueltas en la cama y era horrible porque quería dormir.
Me levanto de mi cama y me voy directo al baño, cepillo mis dientes y me lavo la cara. Salgo de mi habitación y me dirijo hacia la cocina, encontrándome con toda mi familia desayunando. Todos tenían cara de muerto, excepto Pía que estaba fresca como la lechuga.
— Buenos días.
— Buenos días. - responden en unísono, pero con el ánimo por el piso. ¿Tan mal durmieron?
— Tu desayuno está en la encimera. - dice mi mamá tomando su taza de café matutina.
Solo asiento, tomo el plato y me siento en la isla para desayunar junto a ellos.
— Ky, ¿Qué tal si nos vamos de compras luego de desayunar? - invita mi mamá.
— ¿De verdad? No quiero que juegues con mis sentimientos y mis ganas de comprar ropa, madre.
Ella hace una mueca. Mi mamá odia que le diga "Madre", sobre todo cuando lo hago con el marcado acento inglés heredado por mi padre; ya que le recuerda a los estirados de los primos de mi padre que osan de títulos sin valor, pero con el ego hasta más no poder. Solo son cosas de ingleses y sus ganas de pertenecer a la realeza.
— Por supuesto que es cierto, cariño. ¿Cuándo te he mentido? - frunzo las cejas. — Bueno..., este no es el caso. Así que luego de desayunar, levanta tu lindo trasero heredado por mí y ve a ducharte. - me tira un beso.
Cuando terminé de desayunar, lavé el plato y subí para ducharme.
No tenía ni la menor idea de que ropa me iba a poner, sobre todo en la noche; ya que es el cumple de mi Príncipe Azul y a Zara se le ocurrió la magnífica idea de que debíamos ir vestidos de acuerdo a una temática, rojo borgoña o negro.
Luego de ducharme, voy hacia mi armario, cojo unos jeans rotos negros, un hoodie rosa y mis Converse blancas, dejando mi cabello suelto notablemente húmedo. Me miro por última vez al espejo y bajo las escaleras corriendo por los insistentes ruidos de la bocina.
Que desesperada.
Mi mamá ya me esperaba en el auto junto a Pía, me senté en el puesto del copiloto.
— Kylie, colócate el cinturón. - me regaña y enseguida me coloco el cinturón. Ante todo la seguridad. — Tú también, chiquitina. - refiriéndose a Pía. — Ahora sí, nos vamos. - pone en marcha el auto.
Desde el primer momento en el que mi mamá colocó música no paré de cantar, tengo gustos muy parecidos a los de mi mamá, por esa razón mi hermanita se burla diciendo que soy anticuada y por eso no le gusto a nadie. Desgraciada.
Canté mucho más fuerte cuando sonó Hero de Mariah Carey, mi mamá y yo nos creímos y sentíamos por unos momentos cantantes.
— Ky, en el Mall nos encontraremos con Zara y tu tía. Sean educadas, sobre todo tu, Pía. - dijo sin apartar la vista del frente. Cuando entramos al parqueadero del Mall.
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Creí que era importante para ti. EDITANDO
Teen FictionMe enamoré de quien no debía y lastimé a quien no lo merecía. Nos herimos en el camino y la destrucción fue nuestro fin. Mis padres lo sabían, mis amigos lo sabían, yo lo sabía, y aun así, me entregué a él, en caída libre, sin seguro y sin regreso. ...