18. Una "gran primera cita"

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Luego de todo mi mamá llamó para decir que ya estaba instalada y lista para sus talleres y entrenamiento. La semana trascurrió algo monótona.

Era miércoles y no tuvimos clase luego del almuerzo, por lo que decidí ir con Nahira y las chicas a comprar un vestido para mi cita del viernes. Cuando les conté, Nahira quedó bastante sorprendida porque no tenia el mas mínimo conocimiento de este "repentino cambio" de su hermano.

Buscaba y buscaba y no encontraba algo que fuera "especial". Luego de una hora de suplicas, Dylan acepto decirle a Nahira que deseaba que fuera algo muy lindo y especial. Realmente sentía que era algo patética toda esta situación y ya me estaba arrepintiendo. Pero no iba a darle el gusto. 


Luego de muchas discusiones Nahira terminó diciéndome que podía utilizar un vestido de corto como hasta las rodilla. Nos dirigimos a una boutique donde me probé alrededor de unos treinta vestidos. Unos eran de colores llamativos, otros eran estampados, unos de colores pasteles; hasta que di con el indicado. Era color rojo carmesí, ajustado completamente al cuerpo, con la espalda descubierta, un buen escote en el pecho y de largo hasta las rodillas. Si, amaba el rojo.

—Sea a donde sea que Dylan Rogers te lleve serás el centro de atención. Tanto así que él morirá por quitártelo. —Roxy siempre tan explícita. —Más vale que las tres estemos presente en tu casa el viernes porque la reacción de Dylan al verte no me la pierdo por nada del mundo.

—Yo realmente no me espero una gran sorpresa de su parte. El idiota no cambiará y eso ustedes lo saben perfecto. Pero adelante, juguemos. —dije.

El jueves pasó muy tranquilo, mamá llamó y dijo que le estaba yendo de maravilla, que amaba todo lo que estaba aprendiendo, etc. Le dije que tendría una cita con el hermano de Nahira y al parecer eso le agradó muchísimo y pidió que le enviara fotos y toda la cosa. En fin, madres.

Llegó el tan esperado viernes. Salía de la ducha cuando llamaron a la puerta y luego Nahira abrió con la llave de repuesta.

—Estoy arriba muchachas —grité desde mi habitación y subieron rápidamente.

-Bien, comencemos con tu cabello. —A Lyah se le daba muy bien lo del estilismo. Me hizo unas ondas sueltas que caían alrededor de mi escote.

Nahira y Roxy se encargaron de mi maquillaje. Luego de una hora discutiendo finalmente se pusieron de acuerdo en que sería un maquillaje simple ya que el vestido era el mayor enfoque.

Estaba terminando de alistarme, mientras me colocaba mi colonia y llamaron a la puerta.

—Debe ser él -dije algo...nerviosa quizá. No se ni que sentía realmente. 

—Ellieh mujer cálmate, estas que cortas. Es más creo que por ti puedo volverme bisexual. —Roxy sin duda alguna es la parte pervertida de nuestro grupo.

—Bien bajemos antes de que Ceniciento se desespere. —todas reímos ante el comentario de Nahira refiriéndose a su hermano.

Baje las escaleras hasta la sala de estar y lo vi allí. Con un pantalón ajustado color negro, su camisa de botones y un pañuelo rojo carmesí a juego, eso era obra de Nahira, estoy segura. Sentí como me miraba de arriba a abajo y era inevitable sentirme victoriosa por eso. 

—Estas hermosa muñeca. —siempre tan elocuente (puede tomarse como sarcasmo)

—Gracias Rogers. Tu no estás nada mal. ¿Nos vamos? —pregunté e deseosa de salir ya de esta casa donde estas tres mujeres me volverían loca.

Al estar en el coche Dylan me entregó un pañuelo para que vendara mis ojos. 

—¿Es necesario esto Dylan? ¿No iras a llevarme a tu cuarto de juegos en contra de mi voluntad? —pregunte muy sarcásticamente.

—No lo haré, a menos que desees darme tu permiso por escrito señorita Ellieh. —realmente esto se iba a volver una pequeña batalla literaria al estilo de Grey. 

—Así que haz leído 50 sombras, señor Rogers. No sabía que los idiotas tuvieran conocimiento de la lectura. 
—Ouch, mas respeto linda.

Nos reímos y finalmente me coloqué el maldito pañuelo.

No estuvimos mas de media hora en el coche hasta que sentí que aparcamos en cualquier lugar de este pueblo. Dylan me ayudó a salir del auto y nos encaminamos a lo que supongo era un ascensor. Lo supuse por el sonido de sus puertas.

—Ellieh estás hermosa. -dijo y eso hizo que soltara una sonrisa pensando en los comentarios de Roxy.

—Gracias Dylan. —y al decirlo sentí que el ascensor se abrió nuevamente. Pero había algo extraño en todo esto. El ascensor no ascendió, si no que bajó. ¿Me estaría llevando a una especie de sótano y me violaría? Ellieh ya empezaste a creerte las idioteces de las que estabas burlándote al principio.

—¿Lista muñeca? Te destaparé los ojos.

—WOW. —solté casi en un susurro. Me trajo hasta el patio invernadero de la compañía de su padre. Lo se porque nuestros padres eran socios hasta que el mío murió y vine algunas veces, solo que ahora estaba aún mas hermoso de lo que podía recordar. Tenía una pequeña laguna con un puente sobre ella. Flores de diferentes tipos alrededor, pero lo mejor que tenía era la vista. A pesar de que la entrada era por el sótano de la empresa, tenía la vista de la luna a través de los edificios del pueblo y eso era algo mágico. Además tendríamos una cena sobre el puente de la laguna.

Era increíblemente obvio que aquí las cosas podrían salirse un poco de control. Pero es mejor mantener la calma. Cenamos y decidimos caminar para echarle un vistazo al jardín.

—Ellieh, ¿que tal ha estado todo?

—Para ser una cita a la que seguramente no estas acostumbrado, no esta nada mal.

—Si quieres no tenemos que acabar el momento muñeca. Además no sabes las ganas que tengo de sentir tus labios —dijo mientras tomó mi mano y se acercó lentamente a mi.

Sentía su nariz muy pegada a la mía, su mirada profunda a través de sus largas pestañas. Sentía que el corazón se me saldría por tanto latido fuerte hasta que sentí que todo se detuvo cuando sus labios encontraron los míos. El tiempo se detuvo lentamente mientras el beso seguía. Podía sentir un toque de sensualidad pero a la vez ternura en su beso. No detuvimos el beso hasta que él se alejó para hablar. 

Estaba segura que a partir de este momento yo debía cuidar muy bien mis sentimientos, esto se trata de lecciones y no enamoramiento. 

—Ahora si puede acabar. Nada se podrá comparar jamás con este momento muñeca. —me abrazó aún agarrando mi mano. —¿Que te parece si volvemos? —preguntó y yo solo accedí.

En el camino a casa escuchábamos la emisora radial y cantábamos una que otra canción. Ambos seguíamos algo nerviosos, pero eso terminó cuando aparcó frente a mi casa. Salió del auto para abrirme la puerta y acompañarme hasta la entrada de mi casa.

—La pasé muy bien Ell, me gustaría que se volviera a repetir. —dijo y volvió a darme un efímero beso. —Que tengas dulces sueños.

—Gracias por todo Rogers, al parecer puedes ser un buen intento de caballero. —me despedí y me adentré a la casa.

Me esperaba un interrogatorio mientras cruzara esa puerta pero eran casi la una de la madrugada y cuando subí a mi habitación las chicas ya estaban dormidas, por lo que decidí remover el maquillaje, colocarme un pijama y tumbarme en mi cama.

Dylan fue diferente al menos por unas horas. Tenía un gran debate en la mente sobre como controlar esto y tener claro que los mujeriegos no cambiaran nunca. Si había algo de lo que estaba segura es de que ahora no iba a detenerme en mis planes, sin importar sus consecuencias


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