Y ahí estaba él frente a mi puerta. Ya hasta me sentía rara.
—¿Que haces aquí Rogers?
—A mi también me alegra verte muñeca —llego el señorito sarcasmo —¿puedo saber a donde te diriges con tanta prisa y a esta hora?
—¿Se puede saber desde cuando te tengo que dar explicaciones? Porque hasta donde se, tu y yo somos solo amigos. —espeté algo molesta—Así que nos vemos que llevo prisa.
Me dirigía hacia el colegio y Dylan estaba siguiéndome. Esto se esta volviendo insoportable.
—Así que te dirijias hacia la escuela muñeca, veo que no puedes esperar a que sea mañana para colocar algunos anuncios.
—Oye Dylan ¿quieres dejarme en paz? Me siento hostigada. —le grité —¿Quieres dejar de llamarme muñeca y decirme de una vez para que fuiste a mi puerta?
—Mujeres y sus desesperos. Ven vayamos a pegar algunos anuncios y luego cuando lleguemos a tu casa te contare a que fui a buscarte.
Eso me intimido un poco realmente, pero no se lo haría notar. Pegamos los anuncios que había impreso y ya nos encontrábamos de camino a la casa. Hablamos sobre el Dj que contrataríamos para el baile y otros detalles tontos.
—Ya estamos en mi casa, así que por favor dime que es lo que quieres Dylan.
—No sabes lo sexy que se escucha tu nombre en mis labios Ellieh. —dijo con una sonrisa traviesa. —¿Que tal si hablamos adentro?
Ya me tenia desesperada así que entramos a la casa. Nos dirigimos a la cocina la cual me traía recuerdos de la noche anterior.
—¿Y bien? Ya estamos dentro de la casa. Habla. —dije casi gritando.
—¿Ya conseguiste tu vestido para el baile? Digo, porque las chicas salieron con bolsas del centro comercial menos tu.
—¿En serio tanta espera para esa pregunta? Eres increíble Rogers. Y si, ya tengo mi vestido. —mentí porque realmente no había comprado un vestido. —Si eso es todo, puedes retirarte. Mañana debo estar bastante temprano en el colegio.
Y fue ahí donde se acerco lentamente a mi cuerpo. Ya sabia que es lo que iba a pasar y no había intención de detenerle.
—Ellieh Miranda —comenzó a hablar muy cerca de mi cara y en un tono muy sexy — ¿me darías el honor de ser tu cita para el baile?
No me lo podía creer, Dylan estaba invitándome al baile; pero no le daría respuesta.
—Oh, Dylan Rogers quiere ir al baile conmigo. ¿Sabes que? Aun no te daré la respuesta, así que me lo pensare durante la semana. —conteste guiñándole un ojo.
—¿Así que te harás la difícil? Bien, usare mi técnica de convencimiento.
Justo cuando iba a decir palabra, me beso. Agarró mi cara mientras me besaba. Luego sus manos recorrían todo mi cuerpo mientras nos besábamos, se sentía esa pasión y no quería que parara. No se que tiene la cocina de mi casa pero ya estábamos recreando la escena de la noche anterior. Yo me dispuse a tocar sus brazos, luego sentí sus manos en mi espalda, corriendo lentamente por ella y mi costado mientras mordisqueaba mi labio inferior. Quite su camisa como pude, estaba deseosa de tocar ese torso musculoso. Mientras lo hacia me quito mi blusa, dejándome en sostén y besándome el cuello. Y justo cuando sentí sus manos cerca del broche, llamaron a la puerta.
Nos sobresaltamos y estábamos agitados, con un leve tono rojo en nuestras mejillas y labios. No puede ser posible que alguien volviera a interrumpir un momento así. Pero mejor así, necesito mantener la cordura y recordar que no debo sentir nada por este tarado. Pero por Dios, quien no lo haría. Me puse rápidamente mi blusa para abrir la puerta y ver quien tocaba con tanta insistencia. Era el señor Rogers, el padre de estos dos seres tan peculiares.
—Señor Rogers buenas noches, ¿puedo ayudarle en algo?
—Buenas noches Ellieh, no hace falta eso de señor sabes que puedes llamarme James. Por cierto, ¿haz visto a Dylan? Dijo que vendría a hablar contigo pero no ha vuelto.
—Si si lo vi, esta aquí dentro, justo hablábamos sobre unos detalles del baile. ¿Gusta pasar? —los nervios me tenían mal. Nadie se espera que luego de una fogosa escena se aparezca el padre del chico. Y mucho menos lo invitas a pasar, pero bueno no estaba pensando coherentemente.
—No querida tranquila, solo quería saber si estaba aquí. Ya sabes que su madre suele ser algo sobreprotectora cuando se lo propone. —río porque se todo lo que es capaz de hacer.—Sigan hablando en lo suyo, yo iré a decirle a Carola que Dyl, esta aquí. Dile que por favor no vuelva tarde hija.
—Lo haré, buenas noches.
Los padres de Dylan han sido como una segunda familia para mi. Cerré la puerta y me dirigí a la cocina.
—¿Con que hablábamos del baile ah? —rió descaradamente y ya se había puesto la camiseta.
—Muy gracioso Rogers, deberías irte antes que a Carola le de un ataque maternal.
Ambos reímos y nos miramos fijamente lo que fue alrededor de un minuto.
—Descanse señorita Ellieh y espero haberte convencido para ser tu cita.—se despidió dándome un beso fugaz.
Lo acompañe hasta la puerta y antes de abrirla me dio otro beso. Esta vez fue suave y tierno. Luego me dio un pequeño abrazo y salio.
Duda existencial, ¿desde cuando este hombre se volvió cariñoso y tan besucón?
******
¿Estáis disfrutando la historia? Recuerda dejar tu comentario y votar por la historia♥
ESTÁS LEYENDO
Todas Contra el Mujeriego
JugendliteraturTodas contra el Mujeriego es una historia donde la amistad se pone a prueba, donde la indiferencia es enorme, los amores pueden existir o morir y ocurren cosas esperadamente inesperadas. Atrévete a leer y compartir con los personajes sus divertidas...