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SEIS AÑOS ANTES…

Llegué a la Universidad, por fin, tras años de burlas insoportables en el colegio y más tarde en el instituto.
Aquella etapa de mi vida había terminado. Era otra persona. Ya no volvería a identificarme con aquel niño con un ligero sobrepeso y además gay objeto de burla de todos.
Nunca más permitiría que me pisotearan.
Miré a mi alrededor. La habitación era espaciosa. Lástima que posiblemente acabaría compartiéndola con algún energúmeno deportista que pretende hacerme la vida imposible.
Bien, que lo intentase si se atrevía. Patrick James ya no se acobardaba ante nadie.
Me sentía orgulloso de mi mismo por eso. Claro que con la fortuna que habían gastado mis padres en terapia para que ganase seguridad, no era para menos.
Bien, meta conseguida. Era un tío nuevo, Mejor cuerpo, más seguridad y aún gay, pero yo mismo.

La puerta de la habitación se abrió mientras yo vaciaba el contenido de mi maleta sobre una de las camas. La que estaba más alejada de la puerta y con mejor acceso al cuarto de baño.
En fin, la terapia no había logrado “corregir” mi ligero problema de vejiga.

—Hola, ¿eres Patrick?
—Si—miré aquel tío de arriba abajo. No parecía el clásico deportista aunque lucía buen físico y tenía una sonrisa que podría tumbarme de espaldas en un momento de debilidad. Aquel no era uno de ellos. Me limité a observarle.
Si se sentía incómodo bajo mi escrutinio desde luego no lo pareció. Era libre de apartar la mirada en cuanto quisiera. No lo hizo. Sin embargo, me tendió la mano.
—Soy Ángel. Un placer.
Me obligué a mi mismo a estrecharle la mano antes de que al pobre se le durmiese por la espera.
-Soy gay.
Vale, un momento. ¿De dónde había salido eso? ¿Era así cómo iba a ser a partir de ahora? Hola, soy Patrick y soy gay.
—Me parece muy bien. Yo no.
¡Increible! NI siquiera había apartado la mano. Ni un asomo de mueca o confusión en su cara. Bien, si, ya sé. No todo el mundo sufre homófobia pero es que mi vida no ha sido fácil.
—Esa es tu cama y tu armario—dije a falta de algo mejor. Realmente me había dejado de piedra.
—Muy bien.— y sonrió de nuevo tras soltar mi mano.
Pero bueno, ¿nadie le había dicho que podía parar el tráfico con esa sonrisa?
—¿Qué haces luego? ¿Te apetece que tomemos algo?
—¿Te refieres a mí?
—No hay nadie más aquí a parte de nosotros, ¿cierto?—miró alrededor de la habitación como si buscase algo y luego se volvió hacia mí.—¿Quieres?
—Si…claro.
Joder, cinco minutos con él y ya me había descolocado.
Genial.
Una hora más tarde estábamos en el bar del campus y yo ya tenía una idea más sólida y específica de mi compañero.
Uno: No era deportista para nada. Estaba allí gracias a una beca que poco tenía que ver con lo que había pensado en un principio.
Dos: Era un Casanova, además de divertido. Se tomaba la vida día a día. Disfrutando del momento.
—No eres muy hablador.
—Soy reservado.
—¿Por qué?
—Me va mejor así—respondí tras encogerme de hombros.
—Pues vaya. Menudo aburrimiento. Esperaba que me contases algo sobre ti.
—¿Por qué?
—Ya que vamos a compartir cuarto durante los próximos cuatro años imagino que nos irá mejor si sé algo más de ti aparte de tu nombre y orientación sexual.
—Es lógico.
—Eso es. Dime, ¿tienes pareja?
—No.
—¿Cuándo descubriste que te gustaban los chicos?
—Desde siempre supongo. Hace tanto que ya no recuerdo un momento en el que fuese distinto.
—¿Tus padres lo saben?
—Si y antes de que preguntes te diré que si, me apoyan.
Ahí estaba esa sonrisa de nuevo.
—Tienes suerte entonces. Mis padres fallecieron hace tiempo. He vivido toda la vida con mis abuelos.
—Lo siento.
—Gracias.
Ese fue el único momento durante el tiempo en el que duró nuestra amistad que le vi triste. Quizá por eso es por lo que el recuerdo aún me llena de ternura.
Poco a poco fui acostumbrándome a su carácter abierto, a sus bromas y a su compañía.

Con el paso de los meses, Ángel se convirtió en la persona en la que más confiaba. Yo seguía mostrándome reservado en ocasiones pero eso nunca le frenó.
Tras el primer año, mis padres fallecieron en un accidente de tráfico. Ángel fue el único que acudió a mi lado. Ellos eran toda la familia que tenía.
Aquel día comprendí que Ángel no era solo un amigo, sino el mejor y estaba enamorado de él.

Patrick (Serie Love 02) (YA A LA VENTA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora