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JERRY

Jodido. Esa es la palabra. Estoy jodido.

Tengo que volver a la ciudad.

De ninguna manera puedo quedarme aquí.

Esto es un infierno y para colmo, estoy fingiendo ser alguien que no soy.

Llevo un mes y medio fingiendo que soy heterosexual.

¡Yo!

Menuda barbaridad.

Brittany me colgaría de los huevos si se entera de esto.

A buena hora se me ocurrió venir a ver a mis padres.

Pensé que me iría bien.

Inventé un absurdo tema familiar y me fui.

Me siento como un gilipollas mentiroso.

Nunca le mentí a Britt.

Y todo por un tío.

Un completo gilipollas.

Ese soy yo.

No sé qué me pasó.

He debido de volverme loco porque no encuentro explicación alguna a mi comportamiento.

Toda mi vida he sido gay.

Eso por descontado.

Nunca me han gustado las mujeres.

Son excelentes a la hora de ir de compras, pero en la intimidad, prefiero un hombre.

Ver a ese chico mirándome en el gym, fue toda una experiencia.

No importa lo mucho que fingiese.

Había estado devorándome con los ojos todo el tiempo.

Quitarme la camiseta fue solo un movimiento más para comprobar si estaba interesado.

¡Y lo estaba!

Le seguí al vestuario aun temiendo su reacción.

No planeé desnudarme frente a él y mucho menos tocarme mientras sus ojos no se apartaban de mi.

Ver como sus ojos oscurecieron por la excitación.

Verle llevar la mano hacia su entrepierna y se tocaba para mi.

Solo para mi… me llevó al éxtasis.

Nunca me corrí de un modo tan salvaje y él ni siquiera me tocó.

Solo Dios sabe qué habría ocurrido si hubiese puestos sus fuertes y varoniles manos sobre mí.

Cambio la temperatura del agua y la pongo helada.

Una erección es lo último que necesito.

¿Que por qué?

Bueno, pues porque mi madre y mi abuela acaban de invitar a cenar a todas las chicas solteras del pueblo, convencidas de que me enamoraré de una y me casaré.

¿Y yo que hago?

Pues seguirles la corriente.

Si. Definitivamente, Britt me golpearía.

Ojalá estuviera aquí ahora.

Podría fingir que es mi novia…

¡Joder!

¿Como no se me ocurrió antes?

Salgo de la ducha sin molestarme siquiera en secarme y agarro mi teléfono de la mesita.

Suena una, dos y hasta tres veces hasta que por fin responde.

—¿Qué hay de nuevo forastero?

—Necesito que vengas.

—¿Ahora?

—Britt, te quiero. Eres mi mejor amiga, y no te pediría esto si no fuese importante. Quieren buscarme esposa.

Luego escuché una serie de maldiciones hasta que finalmente, oí su respuesta.

—Tardo una hora. No compres alianzas todavía. Te quiero.

Gracias a Dios.

Patrick (Serie Love 02) (YA A LA VENTA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora