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Mi turno empieza en dos horas y sigo esperando a que ella llegue.

No sé dónde se habrá metido.

¿Habrá decidido no venir?

Quizá he sido un iluso al creer que ella aparecería.

Hoy hace justamente un mes.

Creí que la encontraría en este lugar.

Aunque entiendo que no venga.

El dolor es insoportable.

Todavía aún, me cuesta creer.

Decido esperar unos pocos minutos más.

Desde donde me encuentro no es posible verme.

Parezco un maldito acosador.

Todavía estoy a tiempo de irme.

El ruido de coches acercándose me hace volverme más precavido aun y asegurarme de que estoy oculto.

Me sorprende que los tres coches se detengan.

Hannah es la primera en bajar.

A ella, la siguen su chico, Carl, la hermana de Silvia, Aída, y Silvia.

Del segundo coche, salen los amigos de Hannah.

Ben, Sean y Juan.

Y del tercero, la mejor amiga y la hermana de Hannah, Annette, y Brittany.

Me sorprende que hayan venido todos.

El árbol al que se acercan no está lejos de donde estoy.

Aparqué y escondí mi moto por lo que ellos no podrán verla.

Por el momento, prefiero seguir escondido.

Hannah y Annette podrían reconocerme y ella no está lista.

Aún no.

Silvia se deja caer de rodillas frente al árbol y deja una sola flor en la base antes de romper a llorar.

Contengo mis propias lágrimas.

Observo como uno a uno, dejan junto a la de Silvia, también una flor.

Luego se ponen a su espalda y le brindan su apoyo en silencio.

Los sollozos de Silvia penetran en mi mente, obligándome a recordar una vez más la maldita llamada que cambió mi vida.

Acababa de llegar a casa.

Era tarde. De noche.

No había comido nada desde el mediodía, pero solo necesitaba una ducha y meterme en la cama.

Mañana llamaría a Ángel para saber de él.

Hacía casi una semana que no hablábamos.

Necesitaba saber cómo le iba.

La verdad es que temía que pudiese decirme que se encontraba cada vez peor.

Me aterraba la idea de saber que no tardaría en perderle.

No podía evitar pensar en lo injusta que es la vida.

Salí de la ducha, aun con el agua goteando desde mi pelo.

Con una toalla envuelta alrededor de mi cintura, abrí el cajón superior de la cómoda para sacar un pantalón de pijama.

El teléfono sonó entonces e incluso antes de descolgar sabía que me dirían al otro lado.

Recé mentalmente para equivocarme, pero no resultó.

Ángel estaba muerto y mi mundo se desmoronó.

No sé cuánto tiempo permanecí sumido en mis pensamientos, pero empieza a refrescar.

Miro el reloj, sabiendo que debo irme.

Para mi sorpresa, y también tranquilidad, ellos se marchan también.

Fijo mi mirada hacia el árbol y las flores que ellos han dejado allí y me despido.

Ese árbol se llevó la vida de mi primer y único amigo. Y del amor de mi vida.

Patrick (Serie Love 02) (YA A LA VENTA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora