Patrick (Serie Love 02) (YA A LA VENTA)

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CAPÍTULO 09

Me siento ebrio.

No sé cuánto tiempo hace que nos metimos en mi cama.

Lo siento como si fuesen días, y es posible que no hayan transcurrido más que unas pocas horas.

El amanecer empieza a dejarse ver y aun no tengo suficiente.

Estoy empezando a temer que esta obsesión con Jerry no va a ser algo pasajero.

Estas horas han sido una locura.

Después de dejar la Universidad, experimenté un poco con el sexo, pero nunca fue así con nadie.

—¿Te importa si me doy una ducha? —pregunta a mi lado.

Creí que dormía.

—Es esa puerta de ahí. Hay toallas limpias en el mueble.

—Enseguida vuelvo.

Observo ansioso como se levanta y camina completamente desnudo hasta desaparecer por la puerta, dejando esta abierta.

No es más que una clara invitación.

Y me siento tentado.

Me levanto de un salto y le encuentro bajo el agua, con los ojos cerrados y las manos apoyadas en la pared.

Me coloco a su espalda, le cojo del pelo y tiro fuerte hacia atrás.

Escucharle gemir se está volviendo mi sonido favorito, sobretodo cuando se corre.

—¿Quieres que te tenga aquí?

—Quiero tenerte yo ahora.

Sonrío porque es lo que lleva pidiéndome desde que llegamos y no se lo he permitido.

—¿Eso quieres?

—Si...—gime—Por favor…

Agarro su erección con la otra mano mientras que sigo sujetándole el pelo.

—Muy bien… Haz que me corra.

Le suelto de golpe y al momento me tiene contra la pared.

—No solo voy a hacer eso, sino que además me pedirás que no me detenga.

—Espero que eso sea una promesa.

No responde.

Desliza sus manos por mis brazos y los arrastra hacia las baldosas, indicándome que no los mueva de ahí.

No pienso hacerlo.

Luego, pone sus manos en mi cintura y me ayuda a doblarme.

—Espero que estés listo.— y se entierra dentro de mi de una sola embestida.

Grito. No solo de la impresión.

Es la primera vez que alguien me llena de ese modo.

Lo siento increíble.

Perfecto.

—Joder… Que delicia.—murmura cerca de mi oído. —Ahora que sé cómo se siente estar dentro de ti, voy a querer hacerlo una, y otra y otra vez—y se mueve lentamente con cada palabra.

—Muévete...más rápido.—suplico.

Necesito que lo haga.

Sus movimientos me están enloqueciendo.

—Mando yo ahora…

Sigue con lentitud pero con golpes más fuertes. Más duros.

—Cogetela y correte para mi.

Obedezco sin pensarlo.

¿Es esto lo que ha sentido él todo el tiempo?

¿Esta desesperación por complacer?

Ahora mismo me es indiferente. Solo quiero hacer lo que me pide.

—Te deseé desde que te vi el primer día en el gimnasio. Deseé tenerte justo así. No te saco de mi mente desde entonces. Y sé que no lo haré después de esto.

Lo siento tensarse a mi espalda y sé que no aguantará mucho más.

Yo tampoco.

Un giro certero de mi mano y me vengo sobre el suelo de la ducha.

Siento que sale de mi y acaba en el mismo lado que yo.

Curiosamente me duele que no haya
terminado dentro de mi, como hice yo con él.