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CAPÍTULO 10

JERRY

Me siento extraño.

Y es por él. Patrick.

Suspiro por millonésima vez este fin de semana.

Volví a casa ayer por la mañana, tras esa increíble e inolvidable ducha.

Me negué a dejarme ir dentro de él de modo inconsciente, aunque tras pensarlo desde ayer, comprendo el motivo.

Haberlo hecho habría sido como darle una parte de mi y creo que ya ha logrado más de lo que normalmente estoy dispuesto a dar.

Cuando volví a casa con Brittany tras aquella extraña mañana en la que aliviado comprobé que nuestra relación no habría supuesto ninguna fisura, decidí que debía sacarme de la cabeza el recuerdo de ese chico que me obsesionó desde hacía ya más de dos meses.

Me había sincerado con mi amiga.

No fui exactamente explícito, pero di a entender que habíamos tenido un encuentro sexual.

No era mentira, después de todo.

Así que Britt decidió sacarme por ahí.

Me descolocó un poco ver a Sean, pero me hizo una seña con el dedo pidiéndome silencio, como si no quisiera de Britt le viese.

Fue extraño.

Estaba dispuesto a pasármelo bien.

Quería desconectar y quizá con algo de suerte, me iría a casa con algún tío bueno que no me fundiese las neuronas.

Lo que ocurrió fue que levanté la mirada y ahí estaba él.

Mis pies me llevaron solos hacia donde se encontraba y acabé haciéndole una felación en el coche y luego en su casa.

El timbre de mi piso suena, indicando que la pizza ya está aquí, aunque no viene sola.

—Tenemos que hablar.

Ver allí a mi padre, me sorprendió.

Era la última persona a la que esperaba, desde luego.

Cierro la puerta tras pagar la pizza y sigo a mi padre hasta el salón, donde nos sentamos en el sofá.

Ambos cogemos un trozo de pizza y lo mordemos antes de que mi padre vuelva a hablar.

—Quiero la verdad, Jeremiah.

Ha pasado mucho tiempo desde que me llamó así por última vez.

Desde la última vez que no le gustó una decisión mía.

Exactamente cuando tomé un año sabático con algunos amigos, entre ellos Britt, para viajar por Europa.

Que volviese a llamarme así, significaba que no iba a gustarme lo que vino a decirme.

—¿La verdad sobre que?

—Esa chica, Brittany Roberts, no es tu novia.

—No. No lo es.

—¿Por qué nos mentiste?

—Porque soy gay, papá. Y ninguno de vosotros lo aceptaría nunca.

Vi el momento justo en el que comprendió lo que dije.

Luego, se levantó, me dijo que yo ya no era su hijo y se fue.

Estaba solo.

Patrick (Serie Love 02) (YA A LA VENTA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora