Demonios de Noche © - [Serie pesadillas] [Libro #1]

Capítulo XII

Asaf

No entiende porqué acabo de decir "lejos de ti". No le gusta mi respuesta, porque su rostro la delata. Pero, para su bien, debo estar antes de medianoche fuera de su vista. Una cosa es decirle que soy un demonio y otra que me vea convertido en uno.

—¿Por qué? —Deja salir su preocupación a flote.

Me mira impaciente, quiere una respuesta.

—Porque a medianoche soy un monstruo, y tú querrás estar lejos cuando eso suceda. —Termino finalmente por decir.

Me siento en el borde de la cama, terminando por acostarme. Mi cuerpo se encuentra agotado por todo lo que ha pasado durante las últimas horas. La siento acercarse a un costado de mí.

—Yo también tengo un secreto —dice, tímidamente, mientras logra acostarse a una distancia prudente.

—¿Cuál? —Me ubico de lado.

Ella mira hacia el techo.

—Entro en trance a las 2:00 a.m. y... —Suspira—. Mis pesadillas empiezan.

—No entiendo.

Voltea a verme.

—A la hora que acabo de mencionarte, puntualmente entro en una especie de hipnotismo donde inconscientemente sueño con escenas de sombras que matan a personas y se llevan sus cuerpos a un hueco bajo tierra.

¿Sombras?

—¿Tienen forma esas sombras?—Apoyo mi brazo contra mi cabeza.

—Su forma es casi parecida a una figura humana, pero algo me dice que no lo son.

Sé a qué se refiere.

Ella sueña con Luvyas, cree que son sombras, pero no sabe que realmente son demonios que roban almas.

—¡Asaf! —grita mi madre, al otro lado de la puerta, golpeándola insistentemente.

Me levanto de la cama asustado, mirando a Cassandra que no sabe qué hacer.

—Escóndete debajo de la cama —le digo en voz baja.

Sin pensarlo dos veces, lo hace.

—Un momento. —Alzo mi voz para que escuche mi madre.

Abro la puerta, y ahí está ella con la charola llena de comida. Lo cual es obvio imaginar que Adrien no consiguió poder traerme la cena.

—Mi niño, estás raro —dice, mientras ingresa al cuarto, dejando la charola en el escritorio que se encuentra en una esquina.

—¿Y Adrien? —Intento distraerla.

—Tu primo tiene un problema con tu tío, al parecer pasa algo grave.