Capítulo XIV

3.7K 446 14
                                    

Asaf

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Asaf

Puede la oscuridad absorber cada parte de mi mísera alma, pero en su piel sentí la salvación que siempre he anhelado, creí que me estaba sacrificando por ella. No, al final Cassandra fue quién se sacrificó por mí, y no lo sabe.

Grito atormentado por verme atrapado en mi propio cuerpo. Desesperado por escapar y salir a flote, dejando que la luz sea mi camino. No quiero ser quién soy. Ella ha visto más allá de mis miedos, como si mis ojos fueran puertas abiertas a un lugar donde creí que era frío, pero en su mirada he descubierto lo contrario.

Me estoy hundiendo tan profundo.

La escucho gritar, pero soy incapaz de despertar, aunque luche por abrirme paso entre las llamas que me rodean.

—Despierta, Asaf. —Voces hacen eco en mi cabeza.

¡No! grito, sabiendo que nadie me puede escuchar.

Llamas incandescentes me rodean, no son del color del atardecer, son frías y transparentes, envueltas en un tenue color azul similar al mar. Nada más, solo eso, y la soledad que me recuerda en la nada que me convertí después de la muerte de Cristal.

Ahora mi sangre negra se desborda en mi interior ardiendo al pensar solo en Cassandra.

—¡Despierta! —El grito de Ian retumba mis oídos, acompañado de un manotazo en mi rostro.

Reacciono.

En su rostro hay una eminente sorpresa al igual que en el de Emil, Adrien y Asteria. Su acto de osadía al golpearme ha funcionado. He despertado, estoy en una cama. Me encuentro en mi habitación, la identifico al dar una rápida observación a los lados.

—¿Y Cassandra? —pregunto.

Mi corazón es quien habla, lo sé, porque me he sorprendido a decirlo. Todos se miran sin saber quién puede darme la respuesta.

—¿Qué pasa? —cuestiono.

Nadie responde, siguen mirándose en complicidad como si se hayan puesto de acuerdo para no hablar.

—¡¿Dónde está?! —grito, esta vez.

Me retuerzo un poco por el dolor agudo que siento en mi espalda. Se levantan todos de la cama, la mirada de Adrien se cruza con la mía, siento la tensión palpable que hay entre los dos. Desvío mi mirada a Ian y Emil que hablan en secreto cerca de la puerta, mientras Asteria se mira en el espejo que saca de su bolso de mano.

Nadie piensa hablarme, o es grave lo que me van a decir o están siendo obligados a no hacerlo. Lo último es imposible, porque a pesar de todo ninguno de nosotros sigue las reglas.

—¿No piensan hablar? —Me veo obligado a sentarme.

El golpe que me propina mi tío es mi último recuerdo. Ahora estoy tratando de descifrar qué me ocultan mis hermanos y primos, ellos no pueden dejarme sin saber qué ha sido de Cassandra. Sacudo mis hombros en un intento de retomar el control de mi cuerpo.

Demonios de Noche © - [Serie pesadillas] [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora