Caminé hacia el chico del mostrador, quién me miraba de una forma indescifrable. Zayn aún estaba con el chico, y no quería interrumpir, así que preguntaría por algún manga.
“Hey,” saludo mientras el chico bota el libro que tiene en ambas manos. “¿Estás bien?”
“S-sí,” tartamudea. “¿Buscas algo?”
“Mi novio está ocupado con ese otro, así que quise pasar a buscar algo bueno. ¿Me recomiendas algo?”
“Oh sí, tenemos revistas de esas de farándula que las chicas normalmente leen,” dice señalándome un pasillo de vitrinas.
“Creo que estás confundido. Por algo ‘bueno’ me refiero a manga o algún libro,” respondo, a lo cual sus grandes ojos verdes se ensanchan.
“¿Manga?”
“¿No tienes? Pensé que…”
“______,” llama la melodiosa voz de Zayn. “Ven, por favor.”
“¿Tienes manga?” insisto.
“Sí, claro, ¿algo en específico?” pregunta.
“Algo bueno,” respondo. “Y por favor que no sea Naruto o algo así,” contesto, mientras me dirijo a Zayn. Este me ve como si me fuera a desmoronar en segundos, en cambio el oji-azul me miraba divertido.
“Mira _______, este es Louis,” nos presenta Zayn. Así que este chico era Louis. Era casi como me lo había imaginado, excepto que con más barba y bigote, unos lentes y un poco de pintura en la cara. Estaba vestido todo de negro: una remera negra de Hot Rock con las letras rojas, un saco negro y unos jeans del mismo tono. Su cabello parecía el de un punk rocker; despeinado y en todas direcciones. Él también llevaba varios tatuajes en sus brazos. Louis me sonríe, dejando al descubierto una hilera blanca de dientes y unas arruguitas al final de sus hermosos y celestes ojos.
“Mucho gusto, soy ______,” saludo estrechando mi mano, pero Louis es más rápido y me estrecha en un abrazo. Sorprendida, lo abrazo de vuelta.
“Soy Louis, Louis Tomlinson,” dice cuando nos hemos soltado. “Soy el amor platónico del negro,” añade. Frunzo el ceño mostrando confusión, cuando Zayn suelta una carcajada.
“¿Negro?” pregunto divertida.
“Sí, apuesto que no lo ves en la noche,” dice sonriendo. Le sonrío de vuelta, mientras río por lo bajo. “No tengas pena en decir la verdad.”
“No lo sé, nunca me he levantado en la noche para verlo,” respondo.
Louis se ríe.
“Y espero que no lo hagas, porque de todos modos no lograrías verlo. Se confunde con la oscuridad de la noche.”
Zayn lo fulmina con la mirada, mientras yo me río por lo bajo.
“Mucha plática, Louis,” responde Zayn aclarándose la garganta. “¿Qué haces aquí?”
“Oh vamos, ¿no toleras que tu novia se ría un poco? Anda ______, dile que no se enoje o se hará feo.”
“Extrañaba tus burlas eh,” responde Zayn, medio sonriendo. “¿Qué haces aquí?”
“Vine por unos libros de Picasso y Da Vinci, pero parece que no los tienen, ya me iba a propósito,” responde, encogiéndose de hombros.
“¿Para qué ocupas esos libros?” pregunto, algo interesada en lo que el oji-azul había dicho.
“Oh, es para la clase de historia del arte y eso,” contesta guardando las manos en sus bolsillos. “Tendré que buscarlos en otra librería.”