Veintiséis
“Te ves estupenda, Jay,” halaga Doniya, quién fue la encargada de arreglarme para el anime-con. Yo me vestiría buscando una foto de algún cosplay, pero ella insistió en querer ayudarme así que no pude negarme y dejé que hiciera lo que fuera que estaba haciendo conmigo.
“¿Tú crees?” respondí aún sentada, ya que ella no dejaba que me pudiera ver en el espejo.
“Sí, solo déjame arreglar tu cabello,” dice cogiendo un cepillo. Lo cepilló rápidamente mientras tomaba unas pinzas de cabello. “Tienes capas,” dice con eje de asombro.
“Uh, sí, lamento que sean cortas,” respondí.
“No, son perfectas,” responde. “¿Te gusta usar el cabello corto?”
“Creo que por lo que ves, puedes responder eso tú misma,” respondo sonriéndole. Ella asiente.
“Uno aquí,” dice está poniéndome una pinza. “Otro aquí, dos aquí y terminé.”
Sonreí por lo bajo, algo nerviosa por el resultado que tendría. Aún después de los malos comentarios como maquillista de parte de las hermanas de Doniya, no podía desconfiar de ella. Me sentía cómoda con ella, al igual que con Walihya y Safaa, quién me había obligado a jugar con ella. Aunque a Walihya parecía no agradarle mucho, o seguramente se sentía incómoda conmigo, ya que al parecer Zayn y ella son muy unidos, quizá solo sean celos de hermanos. Por el otro lado, Safaa era muy adorable, y la forma en la que idolatraba a Zayn era algo que lo ponía incómodo, pero a mí me parecía increíble. Creo que así idolatraba yo a Katherine. Pero al final nadie resulta ser quién dice ser.
“¿Puedo verme, ya?” pregunté inquieta, observando la sonrisa de satisfacción de Doniya.
“C-claro, te encantará,” responde. Me pongo de pie, acomodándome la mini chaqueta café, que es parte del traje. Me vi en el espejo, sin poder reconocerme. No tenía mucho maquillaje, solo pestañas postizas y un poco de labial cereza. Mi cabello se miraba corto, demasiado corto. Espantada, me volteé a Doniya quién me sonreía anchamente.
“¿Me has cortado el cabello?” casi grité.
“Claro que no, simplemente lo escondí detrás de las capas, como Mikasa,” respondió Doniya. “¿Para qué crees que eran las pinzas?”
Me quedé en silencio, mientras está me roció de perfume. No tenía como agradecerle, solo la abracé.
“Gracias Don,” respondí cuando ella me abrazaba de vuelta.
“De nada Jay,” responde. “Debes bajar, mi hermano ha de estar esperándote.”
Sonreí cuando nos soltamos, y ella me acompañó escaleras abajo, mientras nos reíamos de todo lo que ha pasado en el día. Abajo estaba Safaa viendo televisión, pero Zayn no estaba. Volteé hacía Doniya, mostrando confusión.
“¿Dónde está Zayn?” le pregunté.
“Afuera,” responde Safaa, acercándose “Jay...”
Sonreí ante la mirada de admiración de Safaa.
“Te ves igual que Zayn,” murmura. “Solo que Zayn anda dos cosas en las piernas.”
“¡ESO!” exclamó Doniya corriendo escaleras arriba.
“¿A dónde habrá ido?” le pregunté a la pequeña, viendo la silueta de la morena desaparecer rápidamente por las escaleras.
“Quizá olvidó algo. Doniya acostumbra a ser algo torpe.”
Me reí por el comentario de Safaa, mientras está guarda sus pequeñas manos en la sudadera de unicornios de su pijama.
“¿Quieres ir a ver a Zayn?” le pregunto, quién no ha cambiado su expresión de admiración.
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