Veintitrés

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“¿Estás seguro que Louis llegara?” le pregunto a Zayn, mientras toma mi mano para entrar al restaurante. El guardia del lugar abre la puerta de cristal templado y nos invita a pasar. Al entrar, me quedo sorprendida. El lugar es precioso. En vez de paredes, hay cristales, el suelo es de madera brillante y hay pequeñas lámparas amarillas, colgando del encielado, que también es de porcelana y se observan las nubes en él. Las mesas están alrededor de cada cristal, dándole un toque espectacular, y en medio está una mesa familiar, como de unas veinte sillas. Por supuesto, hay mesas afuera también, lo que le da un toque increíble al lugar. En un costado está el mini bar, con una chica y un chico jugando con las copas y las botellas.

“Sí. Me llamó una hora antes para preguntarme si el rojo y el negro combinaba,” se burla Zayn. Le sonrío.

“Buenas noches, ¿tienen reservación?” pregunta un señor, notablemente mayor.

“A nombre de Harry Styles,” responde Zayn. El señor voltea a su iPad y en segundos obtiene respuesta.

“Por aquí,” dice guiándonos, afuera del local, a la par del balcón donde se puede apreciar la parte del océano que corre desde Boston a Nueva York. Ahí se encontraba Harry, apoyado en el balcón y observando el agua cristalina. “Tengo entendido que la mesa es para cuatro,” informa el señor, cuando ya nos encontramos en la mesa.

“Sí, solo esperamos a un chico,” responde Harry. El señor asiente, mientras deja cuatro menús en la mesa. “Jay,” saluda sonriéndome.

“Harry,” saludo mientras nos abrazamos.

“Estás bellísima,” halaga. Uso una blusa mangas largas gris, con calaveras como botones, y una falda corta y de vuelo de cuero negra. También llevo una cazadora de cuero negra de zíper, y botines militares bajos y de plataforma alta. Zayn al contrario, usaba traje y corbata, completamente negro, excepto por la camiseta gris. Harry, usaba saco y moño, y le quedaba muy bien. El saco era gris, el moño negro, y usaba unos pantalones negros.

“Gracias,” respondo. “Pero tú te ves guapísimo.”

Harry se ríe.

“Te pasas,” dice entre risas. “Hola Zayn.”

“¿Cómo estás?” pregunta este, mientras se estrechan en un abrazo.

“Tranquilo, ¿qué tal tú?” responde Harry cuando ya se han soltado.

“Genial, no puedo quejarme,” dice Zayn sonriendo. Harry sonríe.

“Pues deberíamos sentarnos, ¿no creen?” dice Harry. Zayn se sienta enfrente de Harry, y yo a la par del oji-verde. Esto había sido mi idea, y no quería que Harry se sintiese incómodo teniendo a Louis al lado. O a Zayn. “¿Tu amigo ya vendrá?” pregunta Harry.

“Sí, es ese mismo que viene para acá,” responde Zayn señalando al chico que hablaba con el señor de la entrada. Traía una remera negra de mangas largas, las cuales están arremangadas. Lleva tirantes, y unos jeans grises, y el cabello como lo traía ayer. Harry pareció tensarse al ver al chico, ya que apartó la vista inmediatamente.

“Hey, ¿qué sucede?” pregunto, susurrando.

“Jay, ese, ese es Louis…” murmura agachando la mirada, y viendo sus brazos.

“Sí, claro que ese es Louis,” murmuro viendo sus brazos igualmente. “¿Qué tiene?”

“¿Recuerdas a Tom?”

“Claro que sí,” susurro en respuesta. “¿Se parecen?”

“Peor aún,” murmura ahora viendo como Zayn y Louis hablaban a lo lejos. ¿Cuándo se había levantado Zayn? “Es él. Él es Tom. Siempre oculté su nombre.”

l Come as you are lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora