Todo el ambiente era tenso. El lugar tenía poca iluminación, producto de unas cuantas lámparas de querosén ubicadas sobre viejas mesitas, la cuales habían perdido su lustre y lo que las hacía no desentonar con la atmosfera de la posada. Joaquín y Mila vieron que en lugar había varias mesas redondas, alrededor de ellas se encontraban hombres y mujeres con muy mal aspecto, sentados en taburetes, quienes estaban jugando algún juego de cartas y apostando fichas. Más adelante se encontraba una barra, con varios hombres desmayados en ella, aparentemente borrachos, detrás de ella se encontraba un extraño hombre o algo parecido, el cual era muy grande, más de lo que una persona común sería, gordo y su piel tenía un tono amarillento. Vestía con una campera de cuero color marrón, la cual vestía sobre una camisa blanca, tenía un sombrero de vaquero y unos lentes de sol que no permitían ver sus ojos. Su boca era grande y pudieron notar que tenía dientes puntiagudos, lo cual hacía que su rostro lleno de granos fuera aún más repulsivo. Inmediatamente los chicos pensaron que se trataba de una especie de barman, puesto que estaba limpiando un vaso con un trapito blanco.
Cuando los dos entraron al lugar, inmediatamente pudieron oler un fuerte olor a alcohol, lo cual a Joaquín le causaba repulsión y a Mila aparentemente le daba igual. Las personas dejaron de hacer lo que estaban haciendo y fijaron su mirada sobre los dos forasteros que entraron en el lugar.
—Supongo que todos aquí están muertos—dijo Joaquín en voz baja.
— ¿Qué crees que deberíamos hacer?—le susurró la castaña al muchacho.
—No sé. Lo único que sé, es que no quiero acercarme a ese sujeto—expresó refiriéndose al extraño barman del lugar.
Mila le dio la razón, sin duda el personaje detrás de la barra era aterrador, aunque las personas del lugar no eran menos escalofriantes. Fue entonces que justo la persona que menos querían que les prestara atención, les hizo un gesto silencioso con la mano para que se acercasen junto a él. Ambos se miraron inseguros y tragando saliva Joaquín sugirió que no debían enfadar aquel sujeto. Su nueva "amiga" se agarró de su brazo y juntos atravesaron la posada hasta llegar a la barra. En el camino fueron observados por todos en el lugar, hasta que tomaron asiento en los taburetes de la barra, en ese momento todos regresaron a lo suyo.
Mila se sentó junto a Joaquín y de un hombre que se encontraba dormido o más bien desmayado, recostado sobre la barra con la boca abierta. El sujeto desprendía un fuerte olor a alcohol; la situación no incomodaba a la joven a quien extrañamente esa escena le resultaba peculiarmente familiar.
Mientras, Joaquín observaba al extraño barman, quien no le dirigía la mirada ni la palabra y solo se dedicaba a seguir secando los vasos con su trapito. El muchacho y su amiga esperaban que el hombre les dijera algo, pero Joaquín no aguantó, ya que necesitaba saber si podrían descansar y comer algo en aquel sitio.
—Disculpe—expresó el joven para llamar la atención del barman—Mi nombre es Joaquín y ella es mi amiga Mila—dijo presentándose así mismo y a su compañera.
El horrendo sujeto fijó su mirada en ambos; el muchacho podía ver su reflejo en los oscuros lentes del hombre y la respiración lenta y profunda que este hacía, ponía más nervioso a Joaquín quién tragó saliva bastante intimidado y continuó con la conversación.
—Tenemos mucha sed y hambre—comentó el muchacho tratando de que el hombre tuviera compasión.
—Y también nos gustaría si nos pudiera dar un lugar para descansar un poco—agregó Mila nerviosamente.
El feo barman observó unos minutos a la pareja joven que tenía enfrente. Estos se encontraban muy temerosos porque mirar de frente a tan feo espécimen era realmente perturbador. El hombre realizó una sonrisa muy siniestra, mostrando sus puntiagudos dientes y se levantó sin decir una palabra, dirigiéndose a un estante que se encontraba detrás de él, en donde había un montón de botellas de distintos colores, con extraños líquidos adentro.
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El limbo
AdventureImagínate despertar en medio de la nada sin recordar quien eres, a tus familiares, a tus amigos, tus recuerdos de vida y tener que transitar un camino misterioso enfrentándote a lo peor de ti y a tus mayores temores, sin saber cuales son y con la ún...