Caminar por ese mal iluminado pasillo le generaba a Joaquín una sensación de claustrofobia impresionante, no creía que él tuviera ese problema, pero al estar en un lugar tan estrecho a merced de algo que él no conocía, le generaba una sensación de incertidumbre impresionante, por no tener muchos lugares por donde escapar.
Todos seguían a Julián, aquel chico parecía conocer el barco lo suficiente para poder servir de guía a la hora de buscar a los demás, ayudado por el olfato de Kaiser que no perdía el tiempo y buscaba algún rastro que indicase donde podrían estar los otros.
Fue entonces cuando subieron a otro piso, Joaquín no dejaba de estar impresionado con lo increíblemente grande que era el barco donde se encontraban. El nuevo piso era un salón grande con mesas, sillas, una mesa villar y una barra donde poder tomar alguna que otra bebida, todo con mucho lujo.
Al subir, sintieron un gran alivio al ver a Matías, muy tranquilo jugando villar solo. El pelirrojo le había dado a la bola blanca, que con un golpe preciso y certero, metió tres bolas de una vez. Tras esto sonrió y se dijo a si mismo que era genial, pero luego Kaiser saltó sobre él y empezó a lamerle el rostro.
Matías quedó sorprendido al ver a Kaiser y más aún cuando vio a Joaquín junto a Leti. Apartó al perro que se encontraba sobre él y poniéndose de pie, fijó su atención en el azabache, con una expresión en el rostro que transmitía duda e incredulidad.
—Joaquín—musitó levemente asimilando aun la situación— ¿Qué pasó contigo? ¿Estás bien? Todos te buscamos mucho, fue extraño...desapareciste como si nada, era como si te hubieras esfumado—comentó el pelirrojo recordando aquel momento.
—Te contaré todo, pero no tenemos tiempo, dime si sabes dónde están Mila y Margarita—preguntó Joaquín, quien se notaba apurado.
El pelirrojo quedó callado unos segundos, para luego responder que no sabía en qué parte del barco se encontraban los demás.
—Cuando llegamos, un hombre bien vestido, con un atuendo que lo hacía ver como marinero; se nos presentó y nos mostró el barco—explicó Matías—debo decir que el barco es fabuloso tiene un montón de habitaciones y zonas de juego y relajación increíbles. Los baños de los camarotes tienen jacuzzi ¿puedes creer eso? ¡Es una locura!—dijo entusiasmado.
— ¡Matías! concéntrate ¿Dónde las llevó ese sujeto?—preguntó Joaquín nervioso—cuando encontré a Leti me dijo que la encerró en un cuarto oscuro.
El pelirrojo se sentó sobre el borde de la mesa de villar y empezó a decir que sorprendido por lo maravilloso del barco, se apartó del grupo sin muchos remordimientos. Al decir esto notó una expresión de enojo por parte de Joaquín hacia su persona.
—Pero vamos, este barco es genial, seguramente se estarán relajando en el spa o haciendo ejercicio, vamos esto es mejor que ir al cielo—aseguró el pelirrojo de manera eufórica.
—Eso es lo que quiere que pienses—expresó Julián.
— ¿Quién es ese?—preguntó Matías, mirando desconfiado al nuevo.
Joaquín le explicó que había rescatado a Leti y le narró toda la historia que le había contado el chico de su experiencia en el barco.
—Entonces...dices que si me quedo mucho tiempo aquí pierdo las ganas de seguir con el viaje y cada vez pierdo más y más las ganas de "vivir" hasta que desaparezco—dijo repitiendo lo que le habían contado—pero a mí no me pasó nada.
—No es la primera vez que vemos que a alguien no le afecta lo que pasa en el lugar—le recordó el azabache.
—Está bien. Saldremos de este barco temible y peligrosamente genial—dijo suspirando.
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El limbo
AdventureImagínate despertar en medio de la nada sin recordar quien eres, a tus familiares, a tus amigos, tus recuerdos de vida y tener que transitar un camino misterioso enfrentándote a lo peor de ti y a tus mayores temores, sin saber cuales son y con la ún...