Capítulo 24:
Era la mañana del día siguiente y no sé por qué de alguna manera u otra recordaba todo lo de la madrugada anterior.
Me levanté del sofá y me dirigí a la cama de Nathan.
- Hey, despierta dormilón
Nathan comenzó a abrir los ojos con extrema delicadesa y los fijo en mí.
- Buenos días princesa, ¿Cómo dormiste?
- Hubiera dormido mejór si alguien no me hubiese despertado a las 4 de lamañana para hablar de sus pensamientos hipócritas
- ¡Hey! No son hipócritas
- Lo que digas Nathan
Lo ayudé para que se sentara en la camilla.
- ¿No vino ninguna enfermera?
- No lo sé, no e estado despierta, me acabo de levantar, voy a ver si puede venir alguna
- Bueno gracias l
Sonreí y fuí en busca de una enfermera, al llegar al medio del pasillo encontré a una y le pregunté si podía ir a ver a Nathan porque ya se había despertado y el decía sentirse bien.
Nos dirigíamos con la señorita a la habitación cuando noté que alguien venía detrás de nosotros, al darme vuelta ví que era Max. La enfermera siguió de largo y yo paré.
- ¡Max! ¿Qué haces aquí?
- Vengo a ver a mi amigo
- El ya no es tu amigo
- Mira, no te creas la heroína, yo sé quién es el y no entiendo por qué aún está contigo
- Vete a la mierda Max
- Pues vamos juntos dijo acercandose a mí
- No gracias, vete, le va a hacer mal a Nathan verte aquí
- Claro que sí mi reina, adiós. Dijo mordiendo mi mejilla.
Me quedé sentada en las bancas de la sala de espera por un buen tiempo hasta que oí la voz de Nathan y lo pude visualizar viniendo hacía mí desde lejos.
- Ya me puedo ir Marian, volvamos al hotel
-Claro que sí Nathan, que bueno. Dije dedicándole una sonrisa.
El camino hacia el hotel fué de lo más silencioso que hubo, ninguno de los dos dijo ninguna palabra, yo por un lado estaba muy peocupada por lo de Max pero por el otro no le quería decir nada a Nathan porque no quería que se preocupe.
Al llegar entramos en su habitación y quedó mirándome.
- Ya me dices qué te pasa
- No me pasa nada Nathan estoy bien
Me acorraló entre sus brazos y continuó mirándome esta vez más fijamente.
- Nath no es necesario que hagas esto, no me pasa nada
- ¿Entonces por qué estaba Max en el hospital?
- ¿Tú como lo sabes?
- Porque los ví y también ví como se despidió de ti con un mordiscón en tu cachete
- No es lo que piensas Nathan, le estaba pidiendo que se valla porque no quería que te haga sentir mal
- ¿Segura?
- ¡Jamáz te mentiría Nathan!
Me soltó y se sentó en la cama, pude notar como unas lágrimas comebzaban a caér de sus ojos como catarátas.
- ¿Nathan estas llorando?
- Sí. Me dijo con su ronca voz.
Me acerqué a él y lo abrazé por detrás.
-¿Por qué?
- Por tí Marian, no quiero perderte, en verdad te necesito
Lo abracé aún más fuerte.
- Nathan no sé por qué piensas eso, yo no te voy a dejar, pero también entiende qué tú me quisite dejar a mí
- ¿Qué?
Comencé a llorar.
- ¡ A mí también me duele que te hayas querido suicidar Nathan! ¡Siento que fué mi culpa y no puedo hacer nada al respecto!
Me separé de él y me encerré en el baño...
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Prisoners en un par de horas la sigo, espero que les guste voten y comenten, una pregunta antes de irme:
¿Qué harían si ven a Nathan Sykes llorando y no hay nadie a su alrededor y tú todavía. no lo conoces?
Respondan en los comentarios bye
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La vida por delante (Nathan Sykes, The Wanted)
Teen FictionPuede que el principio no este tan bueno pero sigan leyendo porque luego comienza la magia