Capítulo 36
Una tenue luz entraba por la ventana de la habitación, nuestros dos cuerpos juntos en una perfecta sintonía, nuestras manos entrelazadas, nuestros sentimientos cruzados, eso era amor.
- Buen día princesa
Apenas podía abrir los ojos, la luz entraba suave pero dolorosamente.
- Buen día Nath, espero que tu hermana no nos esté viendo porque me va a matar
Ambos reímos.
- No te preocupes, se fue con mis padres, estamos solos, y voy a tratar de darte el mejor día de tu vida
Me besa.
- Contigo todos los días son los mejores de mi vida
- Ahora levántate que tu hermoso novio preparó un super desayuno para su princesa
Reí.
- Okey, ya voy
Nathan bajó las escaleras, había quedado sola en la habitación, tenía que vestirme asique me fijé que había entre la ropa que Nath me había regalado, me decidí por ponerme un jean suelto, unas botas con algo de taco y una camisa.
Bajé al comedor y abracé a mi príncipe.
- Estás hermosa Marian. Murmuró a mi odido.
- Tu heres hermoso Nath
Nos besamos, sus labios por la mañana eran perfectos, todo lo que podía pedir, simplemente todo lo que podía pedir.
- Come tu desayuno princesa, déjame decirte que me costó mucho hacerlo
- Okey amor
Me había preparado unos wafles con salsa de chocolate y un juego de naranja, estaban deliciosos, jamáz había visto a un hombre que cocinara tan bien.
- Nath, ¡Esto está riquísimo!
- ¿Encerio?
- Sí, gracias, te amo
- Yo te amo mucho más a tí, cuando termines de desayunar quiero llevarte a un lugar
- Okey Nath
Terminé de desayunar y me tomó de la mano, tomamos un taxi que nos llevó a una zona despoblada, Nathan le pagó al taxista y luego bajamos, lo único que podía ver era una montaña gigante, jamáz había visto una igual.
El paisaje era verde, el pasto brillaba, las aves volaban en la sima.
- Este lugar es hermoso Nath
- Aún falta lo mejor
Subimos unas escaleras que se encontraban al costado de la montaña, costó subirlas Nathan iva detrás mío porque decía que quería cuidarme por si me lleaba a resbalar, aquellas palabras eran las que me enamoraban.
Al llegar a la cima la.vista que se nos brindaba era impresionante,parecía una de aquellas fotos de fondos de.pantallas de.computadora, estabamos unos cuantos metros sobre la tierra, había.una baranda.que impedía que alguien caiga.por el borde.
Parecía los lugares de mis juegos de niña, se veían unos hermosos campos y los árboles diminutos mientras que los autos parecían hormigas
Al llegar a la cima la vista que nos quedaba era impresionante.
- ¿Te gusta?
- Nathan, ¡Es hermosa la vista!
- ¡Me alegro!
- ¡Gracias por traerme aquí!
- No hay de qué princesa.
Lo llené de besos, todo lo que estaba haciendo por mí era sinceramente maravilloso.
Preparamos un picnic con unas cosas que había llevado Nathan y pusimos un mantel en el suelo en el cuál nos tiramos a comer.
Habíamos preparado unos sanwichs nos sentamos en el mantel y comenzamos a comer, era un super almuerzo.
- Gracias Nathan, te amo
- No hay de qué princesa, pronto nos iremos de la casa de mis padres
- Okey Nath, no quiero molestar
- No es que molestes amor, es solo que, a mí me molestan
- ¿Qué? Dejé de lado el sandwich que estaba comiendo y lo miré fijamente a Nathan.
- Me agotan, ya estoy cansado pasaron unos días y bueno, me parece que es mejor irnos antes de que se.pongan más insoportables
- Nathan, ¿Escuchas lo que dices?
- Sí, que no aguanto a mis padres
- ¡Nathan! ¡Agradece!
- ¿A caso eres mi madre? ¿Qué quieres que agradesca?
- ¡Agradece! ¡ Tú tienes una familia! ¡Ellos te aman! ¡Ojalá yo pudiese tener una familia como la tuya!
Me paro y me alejo de él comenzando a llorar por aquellas palabras
- ¡Marian! Aaaaag, ya estás como todos los demás
- ¿Qué? ¿Como todos los demás? Nathan eres tu el que está loco, yo no tengo a nadie y tu que tienes a todos los ignoras, eres un maldito consebtido ¡Ojala que cuando te falten agradescas! ¿Pero sabes qué? Ya va a ser demasiado tarde, yo te lo digo porque lo sé
Se para y me mira desafiantemente
- ¿Qué sabes tú? Eres una maldita niña, que no sabe nada, y nadie la quizo nunca, y yo solo estoy tratando de complacer un capricho tuyo, ¡Como si te amara! ¡Despierta!
Aquellas últimas palabras me llegaron al corazón, no me amaba, ese era el problema, me separé aún más y comencé a bajar las escaleras en busca de nungún lugar, solo me quería alejar, no soportaba todo esto.
- ¡Vete! ¡Vete!
Me gritó Nathan desde la cima lo cuál me hizo tropezar cuesta abajo.
Caí y caí con una fuerza totalmente impresionante, una vez que ya había llegado al suelo miré hacia todos lados en busca de alguien, de Nathan, pero nadie aparecía.
Mi cuerpo estaba dolorido dormido, apenas lo sentía, no me podía mover mucho, pero aún así me levanté y emprendí camino por la carretera.
Había demasiada niebla, todo estaba vacío, nadie rondaba por allí.
Comenzó a llover por lo tanto tube que acelerar el paso, iva trotando, estaba corriendo, de la lluvia, del dolor, de Nathan, de todo lo que había ocurrido.
De repente sentí un ruido y supuse que todo había terminado, que mi vida había llegado a su fin, una tenue luz me cubría, cubría a mi debil cuerpo que yacía en aquella fría calle.
- ¡¿Estás bien?¡
Preguntó una ronca voz que se había bajado de lo que parecía un camión.
No pude responder esa pregunta y pronto quedé dormida, todo había terminado, ya no había dolor, ya no sentía miedo, ya no sentía amor, todo se había ido.
Creo que nunca pensé que moriría de esa forma, pensaba en una muerte más estable, y que las cosas terminaran bien pero se ve que el destino no lo quería así.
Negro, nada más, solo negro...
ESTÁS LEYENDO
La vida por delante (Nathan Sykes, The Wanted)
Teen FictionPuede que el principio no este tan bueno pero sigan leyendo porque luego comienza la magia