Capítulo 31
Nos despertamos alrededor de las 8 de la mañana y la asafata avisó por el parlante que ya estábamos por llegar. Con Nathan nos encontrábamos en la misma posición en la que nos habíamos acostado, juntos.
- ¿Dormiste bien princesa?
- Claro que sí Nathan. Dije separándome de él y estirándome.
Hagarramos nuestro equipaje y nos preparamos para salir,aquél equipaje que ya estaba gastado y era el que había usado en Buenos Aires.
Bajamos a la ciudad de Paris y al ver la hermosa vista nos quedamos maravillados, todo era hermoso, las personas estaban super arregladas y eran muy amables con nosotros.
Con las valijas en nuestras manos caminamos por París en busca de algún hotel en el cual pudiéramos quedarnos.
Al cabo de unos minutos encontramos un hotel llamado La vida es bella, con el nombre ya estábamos sorprendidos asique decidimos quedarnos allí.
Era precioso, tenía unas grandes ventanas que daban a la torre Eiffel y pequeños balcones. Todo era muy cómodo y todavía no podíamos creer que estábamos en Paris, la ciudad del amor ahora estaba a nuestros pies.
- Te amo Marian
- Yo también Nath, te amo mucho
Nos besamos, esta vez con mucha más tensión y exitación, Nathan cerró la puerta de la habitación a lu cuál nos habían mandado y me tiró contra la pared con total delicadesa. Sus manos hacían que el bretel derecho de mi corpiño se resbalara lentamente hasta quedar debajo de mis hombros y hacerme sentir un leve escalofrío.
Continuábamos besándonos y él cada vez me iva llevando más y más cerca de la cama, tomó mis piernas, me alsó como a una niña y me tiró en ella, aquella acción había hecho que ambos larguemos un gemido.
Mis manos no se quedaban atrás, yo también lo abrazaba, lo tocaba, y deseaba que aquél momento durara para siempre, que pueda estar en sus brazos hasta la eternidad y que siempre nos amáramos así.
(Comienza a zonar Out of time de Hay Mcguiness)
Dí el paso más grade que creó que habré dado en mi vida, cosa que nunca había heho, le saqué la camisa dejándolo completamente desnudo en la parte superior de su cuerpo, lo tocaba, nunca me había sentido así, era suave, parecía un bebé, me estaba haciéndo suya con cada caricia, con cada suspiro, estaba rendida ante él , solo el me hacía sentir de esa manera, me sacó la remera y luego el corpiño calló solo.
- Marian te amo. Dijo Nathan entre suspiros.
- Ya lo sé Nath. Contesté yo de la misma forma.
Entre caricia y caricia Nathan había quedado completamente desnudo, solo le quedaba el boxer y yo podía sentir su erección, nunca me había pasado eso, había comenzado a ponerme nerviosa, no sabía que hacer.
- Nathan, no puedo
Paró de besarme y tocarme y me miro fijo a los ojos, continuaba arriba mio.
- ¿Qué pasa princesa? No te haré daño
- No es eso Nath
- ¿Entonces qué?
Lo miré nuevamente, aquella mirada me derretía y yo lo sabía muy bien, no podía decirle que no otra vez, París más Nathan, ¿Qué más podía pedir? Lo besé nuevamente y cada vez lo pegaba más a mi cuerpo haciéndonos chocar con un gran sentimiento de amor, se adelantó a mí y me sacó la remera, mi parte superior había quedado desnuda, me sentía desnuda e indefensa pero a la véz quería hacer cualquier cosa por Nath, me acariciaba, continuaba haciéndolo, sus suaves manos y sus fuertes brazos rodeaban mi cuerpo mientras me apretaba contra la cama.
Unos pocos minutos después me sacó el pantalón, y luego la ropa interior, ahora si que estaba completamente desnuda. Trataba de taparme, pero Nathan tomaba mis manos las ponía sobre su boca besándolas y me decía que era hermosa y que en todos los aspectos.
Yo le contestaba que él iguál lo hera y que me hacía sentir viva.
(Comienza a zonar All my heart de Sleeping with sirens)
Y en ese preciso momento en el que le dije aquella frase, entró en mí, todo este tiempo había esperado para eso, no sentía dolor, no sentía culpa, no me sentía idiota, me sentía enamorada, sentía placer, sentía que estaba enamorada y que si se ama de verdad no tiene porque tener errores el amor...
Nath me cuidaba, me hacía sentir única y me lo decía a cada minuto, era delicado, amoroso, me susurraba al oído, no paraba de decirme cuanto me quería, como me desaba desde antes, y que me prometía que nuestro amor iva a llegar mucho más lejos.
Me decía que nunca me iba a dejar, que siempre me iva a amar y que un para siempre iva a ser toda una vida, toda nuestra vida juntos, enamorados.
Me tomaba de la cintura y luego sus manos bajaban y subía como si estubiera en busca de algo. Yo no me podía negar y también mis manos comenzaron a moverse...
Rotaban sus movimientos, empezó despacio y luego comenzo más fuerte pero con total delicadesa, él no me quería lastimar, solo quería hacerlo con todo su amor, deseaba que sus manos quedaran en mí para siempre.
Me estaba haciebdo el amor de una forma maravillosa, y al cabo de unos pocos minutos de amor, ya había terminado nuestro gran acto, tal vez es verdad que las personas cuando se aman mucho tienen que demostrarselo de una forma, y aquella forma cuando uno ama de verdad es maravillosa...
-No sabes cuanto te amo Marian
- Yo también te amo Nath. Casi no podía hablar, estaba agitada, recostada a su lado mientras el todabía me tenía en sus brazos.
Narra Nathan:
Lo había hecho con Marian, por primera vez, y sentí que nunca antes lo había hecho de esa manera, ella me daba amor, no como el resto de las chicas con las que me e acostado, lo disfruté mucho, sexo con tu amada en Paris nunca lo hubiera imaginado, creo que de verdad estoy ENAMORADO...
Me pongo nervioso al estar con ella, siento que mí mundo que a veces se cae a pedasos ahora estaba completo, estaba enamorado...
Narra Marian:
No lo podía creer, lo había hecho con Nath, había sido mi primera vez y se sentía maravilloso, me sentía invencible, todo al lado de el hera hermoso...
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La vida por delante (Nathan Sykes, The Wanted)
Teen FictionPuede que el principio no este tan bueno pero sigan leyendo porque luego comienza la magia