La vida por delante (Nathan Sykes, The Wanted)

Capítulo 30

Capítulo 30

Habían pasado dos días y estabamos logrando salir de la depreción en la que estábamos, Nathan me había ayudado un monton a superar lo de Ámbar.

- Creo que ya es hora Marian

- ¿Tú crees?

- Si

- Entonces vamos

Caminamos hasta el aeropuerto que no quedaba muy lejos y tomamos el primer vuelo a París que había, Nathan había pagado todo, los pasaportes, los pasajes y el resto de las cosas y el objetivo de nuestro viaje era olvidarnos de todo lo malo que nos había pasado.

- Paris es la ciudad del amor. Le dije a Nathan ya en el avión.

- Es por eso que elegimos ir allí amor

Nos besamos y emprendimos el viaje a París que duraba unas 13 horas, demasiado pero cuando estás con el amor de tu vida se pasan rapidísimo.

Íbamos charlando de todo, pero de todo lo bueno y nuevo, habíamos dejado el pasado atrás y Nathan había dejado The Wanted, ya nos habíamos despedido de los chicos. De todos menos de Max.

Fue un hermoso viaje, lleno de besos y deseos que nos mantenían unidos, eso era lo más importante, no queríamos volver a casa queríamos seguir juntos, no le había dicho nada a mi padre, solo había dejado una carta en la recepción y les dije a los que trabajaban allí que se la den cuando el valla hasta allí o que se la lean por telefono si es que el llamaba.

- ¿Sabes qué Marian?

- ¿Qué Nathan:?

- Éste siempre a sido mi sueño

- ¿Qué una simple fan se enamore de tí?

- No, escapar con el amor de mi vida a Paris

Me había puesto roja, me encantaba que él me diga aquellas cosas, y no podía creer que siguiera conmigo, tal vez en el amor lo más importante no es el sexo, nunca lo habíamos hecho juntos, iva a ser mi primera vez si lo hacíamos pero yo no quería que piense que no tenía experiencia o que seguía siendo virgen asique trataba de esquivar ese tema y ocultarlo.

Pasaban las horas del viaje y se había hecho de noche, todos a nuestro alrededor estaban durmiendo, la mayoría eran ancianos y nosotros nos reíamos de cómo roncaban y sus posiciones.

Nathan iva agarrado a mi, su brazo pasaba por mis hombros y eso me hacía sentir segura.

- Marian

- ¿Qué Nathan, dije apollada en su hombro.

- ¿Eres felíz?

- Claro que lo soy Nathan, a tu lado siempre seré feliz, tu eres mi felicidad

- Y tu eres la mía princesa

Nos besamos y al cabo de unos minutos nos dormimos, ese había sido el mejor viaje de mi vida, y aún no había terminado, nos habíamos dormido abrazados el uno para el otro, eso es lo que me hacía sentir feliz, el saber que podía contar con Nathan, pero no sabía si ese sentimiento duraría para siempre.

¡Prisoners! Luego la sigo, tengo un par de problemas, espero que les guste hasta ahora y gracias