Capítulo 4

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Lali

No sabía si dejar que sonara el celular y que sea llamada perdida, colgar de una o atender. Realmente no quería ni siquiera contestarle porque venía de un muy buen humor pero la intriga de porqué me llamaba me estaba matando.
Decidí dejarlo sonar y lo dejé en el estante de la cocina mientras me servía un jugo. No tardó ni 3 minutos en volver a llamarme, volví a dejarlo sonar y me fui al living, me tomé una foto y la subí a Instagram.
Cuando estaba esperando a que se subiera la foto, me volvió a llamar y estaba tan harta que contesté.

– Hasta que te dignas a contestar. Si te llamé más de tres veces, ¿por qué no me contestás? – me dijo enojado

– ¿Te das cuenta de la hora que es Mariano? No tenés vergüenza de llamarme a las cuatro de la mañana – le dije sacada – ¿Quien te pensás que sos flaco? – le grité mientras me paraba del sillón. – Te recuerdo no somos más nada, así que te pido de la manera más educada que me dejes de llamar sin razón

– Claro que te llamo por alguna razón. Quiero que me expliques lo que sucedió hoy. ¿Qué son esas fotos y ese bailecito de pendejos?¿Volviste con él? – su tono subía y yo quería golpearlo

– Mira Mariano, no es de tu incumbencia si estoy o no estoy con alguien, no sé de quién hablás porque hoy estuve con mi amiga en su cumpleaños. Así que ahórrate la vergüenza de llamarme y pedir explicaciones – le dije calmada

–Ah ..¿así que no sabés de quién hablo?¿Sos o te haces pendeja?

En ese momento supuse que estaba en pedo porque nunca me había hablado de esa forma, aparte se escuchaba música de fondo. Lo dejé que dijera todo para que se desahogará, igual mañana no se iba a acordar de nada.

– Juan Pedro Lanzani, ¿te suena? Me parece que sí, ¿o me equivoco?

– Mariano, estás en pedo y te pido que vayas a descansar porque empezarás a decir cosas que luego te arrepentís, encima de que lastimás con lo que decís. No sé de qué vídeo y de qué fotos me hablás, hace horas que ya no estoy en la fiesta. Y no te preocupes que sigo soltera y lo seguiré siendo por un largo rato. – le dije en un tono duro pero sin gritarle.

Me estaba conteniendo en no putearlo por teléfono.

– Dejá a Peter en paz y a mí igual. No me llames más porfavor. Adiós Mariano

No escuché más porque lo interrumpí y le colgué antes de que soltara más palabras.
Estaba furiosa, encima de que hace meses que habíamos terminado, el chabon quiere explicaciones de algo que ni siquiera sabía.
Puse en modo avión mi teléfono y me conecté al internet, al instante me llegaron miles de notificaciones, entré a Twitter y empecé a ver todos los tweets en donde me mencionaban a mí y a Peter.

" Noooo, me muerooo | es posta la foto?? | no jueguen con mis sentimientos hdp y diganme que es verdad | deben de ser edit, somos mas yetas | VAMOS CARAJO YO SABÍA QUE SE REENCONTRARIAN | GARCHEN Y TENGAN MIL HIJOS | ALGUIEN QUE LOS ENCIERRE A ESTOS DOS EN UN CUARTO  | seguro no es Lali y nosotras siendo boludeadas siempre | obvio que es Lali, vean la chaqueta amarilla no hay pierde "

Y así miles de tweets junto con las fotos y el vídeo del que hablaba Mariano. Le puse play y no se veía muy bien por las luces pero la persona que lo había grabado estaba lo suficientemente cerca para definir que éramos Peter y yo.
El vídeo no duraba más de los sesenta segundos pero esos sesenta segundos fueron el mejor recuerdo de la noche. Lo repetí unas 10 veces antes de irme a dormir y cada vez que lo veía sentía ese cosquilleo de siempre. La verdad que se nos veía en nuestro mundo y me daba un poco de vergüenza que un montón de gente lo viera. Los pasos que hacíamos, las carcajadas que soltábamos, cuando me giraba bailando me entrelazaba las manos para acercarme y alejarme, todo estaba ahí y ya no sabía qué pensar.

No Es ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora