Capítulo 52

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– No quiero que te asustes.. – fue lo primero que dijo y me reí nerviosa – Pero es algo que he querido hacer desde hace mucho tiempo – suspiró – Eres la mujer más maravillosa e increíble que he conocido. No quiero que sea cliché este momento pero sí especial e inolvidable. Lali, eres todo para mí y lo digo literalmente. Lo digo porque cada día que no estoy con vos, cada vez que tenemos alguna pelea, cada vez que te extraño, siento que una parte de mí no sirve, no funciona. Tú eres mi motor para vivir, mi motor para ser feliz – sonrió – Hay una frase que dice que toda persona tiene dos amores en toda su vida, uno es el amor de tu vida, con el que te casás y vivís para siempre y el otro con el que nacés conectado, como la leyenda del hilo rojo.. siempre existirá ese hilo, puede estirarse, enrollarse pero nunca romperse. – me contuve las ganas de llorar – Somos esa pareja una en un millón que encuentran a su alma gemela en la misma persona del amor de su vida. – se levantó y quedó a tres cabezas de mi altura.

Se ve que estaba nervioso porque me miraba a los ojos con una sonrisa enorme al igual que yo.

– Somos esa pareja afortunada que después de tanto tiempo de conocernos, de tantas idas y vueltas, de tantas historias siempre hubo, hay y habrá amor. Amor real.

Nuestros amigos estaban detrás de nosotros abrazados y viendo el tremendo show que Peter estaba haciendo. Era muy tierno e increíble todo.

– Hoy enfrente de nuestros amigos, de nuestra familia postiza.. – los miró y le seguí la mirada hacia ellos. – Hoy, no te quiero pedir matrimonio.. – alcé mis cejas al sorprenderme pero Peter me acariciaba la mejilla para que no pensara cualquiera – Hoy te quiero pedir más que eso.. – sacó de su bolsillo de la camisa una cajita negra

– ¡Jodéme! – en ese momento no pude evitar gritar y arruinar el hermoso momento, sólo oía la risa de los demás.

La abrió y había dos llaves idénticas a las que habíamos usado en Casi Ángeles, me quedé perpleja.

–Sí, son las originales. – dijo al ver mi cara de sorpresa – Cris me ayudó a buscarlas y pensé que sería buena ide ... – alzó sus hombros como tratando de explicarse pero yo sólo quería comérmelo a besos – Con estas dos llaves, aquí y hoy quiero pedirte amor eterno, felicidad eterna. Quiero pedirte amor sincero y una vida infinita junto a vos.

Yo ya no podía contener más mis lágrimas, él me las limpiaba mientras sacaba ambas llaves de la caja. Lanzó a la arena la cajita y se quedó con las cadenas entre los dedos sin apartar sus ojos de mí.

– Hoy quiero que nuestro amor quede tatuado en nuestra piel, para siempre. Quiero tenerte conmigo hasta la infinidad. – me tomó de las manos – ¿Querés ser mi amor eterno?

Me lo dijo con tanta alegría y nerviosismo a la vez que no podía contenerme más.

– Obvio que sí mi amor, obvio que sí

Me lancé sobre él y lo besé. Él me tomó de la cintura y se escuchaban los gritos y aplausos de los demás.

– Bueno bueno, aquí no hay nada oficial aún –En eso, apareció en la playa Santiago, el hermano de Nico.

Hace años que no lo veíamos y sentí felicidad al verlo. Todos se veían no sorprendidos, supuse que sabían de todo esto. Santi se puso al borde del mar, el sol iba bajando y las olas empezaban a consumir la playa.

– Me dijeron que querían una ceremonia corta, y por lo que vi, ya dieron sus votos. – nos miraba con felicidad. Peter se puso junto a mí y los demás se acercaron un poco más. Literalmente estábamos entre el mar y la playa, una ceremonia casi acuática.

– Lali, ¿vos querés decir algo? – decía Santi dándome la palabra

– Creo que diga me quedo corta con todo esto– dije con la voz cortada por la emoción y todos rieron. Me volteé a ver a Peter y lo tomé de las manos– Pero... quiero decirte que sí a todo, quiero decirte que desde que te conozco, sos mi luz, mi energía. Por todos esos obstáculos que la vida nos ha puesto, ninguno ha logrado quitarme el amor que siento por vos y ni aunque pasen un millón de años o la peor de las catástrofes, lograrán que deje de amarte. Siempre serás parte de mí – suspiré – Sos y serás siempre el gran amor de mi vida y quiero pasar el resto de ella a tu lado. – sonreímos –Te amo – lo miré a los ojos y pude ver el brillo de los suyos

No Es ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora