Capítulo 3

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Peter

La vi irse con Nico y Gime y aún sentía el olor a su perfume.
Entré nuevamente a la fiesta y fui directo con Esteban y Vico que estaban hablando con dos chicas que nunca había visto.

– Ah bueno, ya llegó el caño de la fiesta y lo peor que además de la sonrisita que trae, viene con un beso marcado – soltó Esteban que andaba ya un poco en pedo y me dió una pequeña cachetada jodiendo.

Se me había olvidado por completo que Lali venía con labios rojos y ahora todo tenía sentido. Una de las chicas que estaban ahí se rió y me dio un espejo pequeño, cuando me ví tenía ahí marcado su beso rojo, no pude evitar sonreír y sentir la piel de gallina.
Le pasé a la chica su espejo y ella se me quedó mirando.

– Gracias

– ¿No pensás quitártelo? – me preguntó Vico.

– Creo que es larga duración – dije tratándome de borrarlo aunque no muy fuerte porque realmente no me lo quería quitar

– Si querés yo tengo desmaquillante que seguro lo saca – me dijo la misma chica del espejo

– No no, muchas gracias. Llegando a casa lo hago

– ¿Y qué cuenta la peti? – comentó Vico – ¿Está más fuerte o soy yo? – dijo riéndose, estaba claro que era para joderme

– Cállate vos – le di un golpe no muy fuerte en el hombro. Sentía la mirada de la chica en mí y no quería ser grosero pero me estaba incomodando.

– ¿Te la comiste?

– No, no me la comí, ni que fuera ..

– Dulce de leche – me interrumpió Esteban y con Vico se rieron, estaban ya muy muy en pedo.

Me tenía que ir de ahí antes de pasar alguna vergüenza.
Me fui a buscar a Agus para poder irnos y no lo encontraba, aproveché para ir al baño y cuando salí estaba la misma chica del espejo, que aún no sabía su nombre, esperando afuera del baño.

– Perdón, pasá – me arrimé para que pasara y se me puso enfrente

– Me parece que tus amigos no nos presentaron, Sofía Boutella – me dijo y me tendió la mano. Le di el apretón.

– Mucho gusto Sofia, yo soy ..

– Peter Lanzani – me sorprendí que supiera mi nombre y no supe que más decir

– Así es – sonreí – ¿De dónde conocés vos a mis amigos? – pregunté curioso

– De la vida

La verdad que Sofia no estaba nada mal, era un poco flaca pero tenía lindos ojos cafés y una linda sonrisa, pelo castaño y era más o menos de mi altura. La verdad que me sonaba de algún lado pero no lo recordaba.

– Bueno pues te dejo ir al aseo, yo tengo que ir a buscar a un amigo. Permiso – le dije y antes de salir, sentí que me tomaban del brazo

– Me parece que necesitás un trago. ¿O por qué huyes de mi? – me dijo haciéndose la canchera

– No, no huyo, es que me tengo que ir, perdón.

No Es ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora