Capitulo 07 | Me encantaría repetirlo

757 72 28
                                    

Me levanto de la cama colocándome el bata y haciéndole un lazo para que no se me vea nada. Camino en dirección a la puerta y abro cuidadosamente. Me quedo boquiabierta unos segundos sin pronunciar palabra alguna.

-¿Qué haces aquí? -Me coloco entre la puerta y el marco de la puerta para evitar que entre. Le hago un gesto con mi cabeza esperando alguna respuesta. -Estoy esperando-.

-Me dejas pasar- me dice en un tono amable.

Creo que mi quijada llegó al suelo. Ja... Que se cree este, ni siquiera fue invitado. Me digo a mí misma. Le alzo la ceja derecha.

-Ni lo sueñes. ¿Quién te dijo dónde me encontraba? -Le notifico, mientras esboza una sonrisa.

Veo cómo se pasa su mano en la barbilla como si estuviera pensando. Se mete las manos al bolsillo y tuerce la boca. Le viro los ojos.

-Eso no importa, pero me debes una tuve un encontronazo con mi amante fija- Me dice con un tono de lamento. Que sinceramente, no le creo

-Pensaba que era tu novia, pero quien te manda a ser tan don juan y meterte con la mujer equivocada- Le restregó en su cara con una sonrisa.

-Ella piensa eso, pero como viste siempre le aclaro las cosas. En qué mal concepto me tienes, preciosa. -Suspira pesadamente- Sabes me recuerdas a alguien, pero no sé, a quién-. Me dice pausado las ultimas silabas.

-Y crees que te voy a creer- Le digo molesta.

-No tengo porque mentirte o sí-. Me dice más como pregunta que afirmación. Asiento.

-Pues sí, con tal de llevarme nuevamente a tu cama, te creo capas de mentirme-. Le digo seria e intentando cerrar la puerta disimuladamente.

-Se me acabo la paciencia contigo. Te recuerdo que soy el dueño del hotel para mí no hay nada imposible-. Me dice, mientras intento cerrarle la puerta en la cara.

Interpone el pie y la mano en la puerta evitando que la cierre. Se abre paso entrando a la suite. Mirándome con aires de superioridad.

-¿Qué te pasa imbécil? Te recuerdo que soy la huésped y la que paga. Me estas incomodando y faltando el respeto-. Le digo llena de coraje.

Me toma por la cintura y pega su cuerpo contra el mío. Sonriéndome.

-¡Suéltame! - le grito.

-No te voy a soltar. Primero. ¡Por qué me ocasionaste problemas con mi amante de turno! Segundo. Porque tú me deseas desde el primer momento que me viste-. Me dice acercándose a mi cuello, oliéndome.

Trago saliva, arrugo mi frente, vuelve a mirarme y lo miro a los ojos lo más seria posible, sin mostrar el miedo y la vulnerabilidad que me hace sentir.

-¡Suéltame, por favor! Yo... no quiero... nada contigo-. Le digo con la voz entrecortada.

Mi corazón empieza a galopar desenfrenadamente. Mi respiración se acelera, mi corazón bombea cada vez más fuerte. Siento su aliento a menta en mis labios, poso mis ojos en sus labios que los tengo a centímetros de los míos.

Involuntariamente cierro mis ojos esperando su beso. No hago nada para rechazarlo, sabiendo que quiero sentir sus labios, aunque sea una vez más. Sus labios rozar con tan suavidad, tan cálidos, mi corazón saltaba queriéndose salir de mi pecho.

Siento sus manos tocar mi espalda baja, un cosquilleo recorre esa zona, sintiendo que iba a explotar. Poso mis manos en su pecho y lo separo con cierta delicadeza, evité mirarlo a los ojos preferí mirar su trabajado pecho, bueno lo que se podía notar.

¡Prohibido!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora