¡Prohibido!

Epilogo

Sebastian POV

Camino por el pasillo de la casa buscando a mi madre que no esta en su habitación de dormir. Al caminar por el pasillo escucho la voz que proviene de la habitación donde dormia con mi padre. Me alzo de puntitas para llegar a la la cerradora. La abro despacio para no enojarla. Necesito que me compre la cartulina para mañana que la pidieron en el colegio. Al abrirla me encuentro a mi madre llorando como todos los días.

-¿Qué haces aquí? - me recibe con un grito. Me quedo helado por su grito. Cuando esta asi me da miedo que me golpeo o me diga cosas que no me gustan. Pero la veo con algo negro en su mano que es poco familiar para mi.

-Yo... yo... necesito... una... cartulina-tartamudeo. Siempre que tengo miedo me pasa esto, no puedo evitarlo por mas que quiera. Mis compañeros se burlan de mi.

-No voy a buscar la cartulina ahora. Mejor vete. Estoy harta de ti. Harta de mi vida- esta histérica. Levanta su mano donde tiene la cosa negra y la levanta. Me apunta hacia mi y luego se apunta ella a su cabeza.

Me despierto bañado en sudor y con el corazón a mil. No puede ser que de nuevo este soñando con mi pasado. En los últimos días me persigue demasiado para mi gusto. No me gusta soñar con mi madre. No se lo merece que todavía después de tantos años me siga lastimando. ¡No es justo! Me levanto de la cama y miro el reloj de mi teléfono. Las seis de la mañana. Justo para irme a correr un rato. Me voy directo al baño a quitarme el plegoste de sudor por cuenta del maldito sueño. Necesito sacar ese recuerdo de mi mente y de mi vida de una vez por todas.

Al salir del baño me voy directo a mi closed y me pongo ropa deportiva. Agarro mi teléfono, los audífonos y salgo de la habitación en busca de las esclaras al llegar al ultimo escalon de la primera planta salgo de la casa. Me pongo los audiculares para luego encender Pandora y poner mi estación favorita. Comiezo a trotar hasta salir a la calle. En mi mente llegan recuerdos de Camila. Ya hace un mes que se fue para España. Un mes que no recibo un mensaje de ella, ni una llama. Tengo que reconocer que desde se fue me siento solo con un vacio en mi pecho que no puedo entender. En estos días le escribí un mensaje de texto, pero hasta el sol de hoy no me a respondido. Ayer me arme de valor y la llame, pero la llamada se fue al buzon de voz. Ni siquiera me devolvió la llamada. Se que llama a Camilo y a Miranda por Carmela, pero siempre que lo hace procura que no este en la casa. Al llegar al final de la acera doblo a mano izquierda para darle la vuelta a la casa.

Quisiera verla por Skype, pero ni siquiera me responde un simple texto, menos me va a querer ver por webcam. Ya sebastian deja de pensar en Camila. Solo tuviste una aventura. Muy deliciosa, por cierto, pero hasta ahí. Lo mejor es buscarte otra amante de turno y seguir como siempre. Tengo que invitar a Gustavo para irnos a la discoteca. Necesito sexo urgente. Volteo hacia la izquierda de nuevo. Siento mi camisa pegada a mi cuerpo y las gotas de sudor me bajan por la frente. Tengo que resolver el problema con Sandy. Tiene que entender que lo nuestro se acabo. Que lo tenia con ella tenia fecha de expiración. Ella esta un poco insoportable desde que la cambie de puesto para otro piso.

A mi mente regresa Camila cuando la estaba pintando en Punta Cana. Es una mujer completa que cualquier hombre se sentiría orgulloso de hacerla su esposa. Necesita un hombre que la valore que la respete y la ame sobre todas las cosas. Al pensar que otro hombre la tengo en sus brazos el corazón se me encoje. Que me hiciste Camila. Miro mi reloj y troto un poco mas rápido ya me tengo que ir para la empresa. Como me gustaría escuchar la voz de Camila. Que se preocupe por mis cosas, por mis sentimientos, por como estoy, en fin, por todo. No es una mujer interesada, sino que es un amor, sincera e inocencia. Doy otra izquierda para llegar a la casa de nuevo. ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti Camila? Mi única salida es una mujer en mi cama con urgencia. Llego a la casa y subo las esclares de dos en dos. Me voy directo al baño a quitarme todo el sudor del recorrido.