El día se mueve lentamente. La llamada telefónica que me había perdido mientras hablaba con Tom era de Simone. Debido a mi silencio, ella notó que algo está fuera de lugar. Le envío un mensaje prometiendo llamarla mañana. No puedo hablar con ella ahora, mientras estoy todavía aturdida por la audacia de Tom. Acabé la reunión con mi equipo. Una vez más Asha se comporta perfectamente. Ella no gana nada enfrentándose a mí y prefiere esperar su momento. ¿Llegará pronto? ¿Encontrará el ángulo por donde atacarme?
Pero esos pensamientos son tan inútiles como un sombrero de paja en una tormenta. Estoy bajo la lluvia, me voy a mojar, así que, ¿para qué sirve pensar en el sol?
Termina la hora de trabajar, llego al restaurante, y descubro inmediatamente a Dave en una mesa en la parte trasera. Puedo ver que ha pedido un vaso de vino blanco para cada uno y un aperitivo de calamares. Probablemente vamos a beber lo primero e ignorar esto último.
Puedo ver que está preocupado, enviando miradas furtivas hacia la izquierda y hacia la derecha, como si esperara que pudiese venir una emboscada por la ventana o desde cualquier parte de la puerta principal. Me reconoce con un gesto avergonzado cuando me siento frente a él y me ofrece una sonrisa casi agradecido.
—Estás sola —dice. Su alivio tira de él como el vapor de una tetera.
—Por el momento. —Me tomo mi vino. Es seco, con notas de cítricos. David se ve un poco mal.
—Fui demasiado duro la noche anterior —tartamudea—. Exageré.
Las palabras suenan familiares. No hace mucho tiempo que yo había tratado de ser un poco más agresiva con Dave en el tema sexual. Me había comportado de forma espontánea, subiéndome a horcajadas en él cuando había terminado el vino, le había pedido que me hablase con palabras más duras que las palabras blandas a las que estábamos acostumbrados. Se había negado. Me rechazó por completo.
Luego me pidió disculpas al día siguiente. Me dijo que había reaccionado de manera exagerada, porque mi comportamiento estaba fuera de lugar. Él no quería que yo cambiase.
Ahora veo lo absurdo que había sido esa explicación. Todo cambia. Todo. Y en realidad, lo único que había hecho era tratar de variar en el dormitorio. Si ahí no se podía cambiar, ¿entonces en dónde diablos?
Pero había algo siniestro allí, también. Él se hacía escapado cuando había intentado seducirlo. Se alejó en el momento que le propuse una nueva idea, que podía haber sido un juego sin consecuencias donde pasarlo bien. Pero Dave siempre ha tratado de controlar todo.
Y había sido su naturaleza controladora lo que me había atraído de él. Tenía miedo de la libertad, miedo de mis propios impulsos.
He cambiado.
—Anahi, ¿me has oído?- Fui demasiado lejos.
—Te he oído —digo suavemente. En la mesa de la esquina está una mujer sentada sola, riendo. Me toma un momento localizar que está hablando por el móvil que tiene pegado a su oreja izquierda.
Dave hace gestos hacia otra mesa, una que está más cerca de la parte delantera. Tres hombres trajeados que están bebiendo unos tragos.
—Son miembros de mi club —dice—. Preferiría no hacer una escena aquí.
—¿La harías? —comienzo a preguntar—. No he venido aquí para hacer una escena, pero me parece interesante que pienses que me importa lo que tú prefieras.
Sus ojos se ajustan de nuevo a mí.
—Me engañaste. Me has traicionado. Te di todo. Te di un trabajo...
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El desconocido (AyA)
Teen FictionTrilogia erótica. HIstoria original Kyra Davis. Soy responsable, previsible, fiable. La chica en la que todo el mundo confía. Menos esta noche. Esta noche seré la chica que se acuesta con un completo desconocido. Anahi Puente es una adicta al tr...