Violet Hill se reencuentra con el profesor del que se enamoró cuando iba al instituto y todo parece marchar bien. Se sigue sintiendo atraida hacia él y este muestra señales de que le corresponde .
Pero cuando Josh, el ex novio que la golpeaba, reapa...
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Multimedia: My Universe- Coldplay x BTS
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La magia de los recuerdos se apaga y me doy cuenta de que es improbable que el Liam que quiere que cuide a su Golden Retriever, sea la misma persona que me dio clases en el instituto.
Los colores de la vida vibraban cuando Liam Larsson depositaba la sensualidad de sus ojos sobre mí. Pero no era sólo su físico lo que me atraía, era esa paciencia y vocación para enseñar. No le importaba asistir los sábados, y de ser necesario; los domingos para explicarnos las cosas que no entendíamos. También nos daba tutorías de química, a pesar de que no era su asignatura. Él sabía que los grupos de último año estaban teniendo bajas calificaciones en la materia; por lo cual se ofreció a ayudarnos, y gracias a su apoyo la mayoría aprobó. Yo tenía buenas notas en química, pero fingía no entender para acudir a las tutorías. Lo importante era ver a Liam, aunque que tuviese que asistir a clases extras para ello. Él lo valía.
—Sí, Janice todo bien, disculpa tuve un contratiempo menor acá— declaro, regresando a mi presente.
—¿En verdad estás bien?
—Sí—aseguro.
—Avísame cuando llegues, y me mandas un informe el informe de siempre, al acabar tu labor. Que tengas buenas tardes y ve con cuidado, Violet. Estarás tres días en casa del señor Larsson.
—Gracias por asignarme un nuevo trabajo— Me despido y ella cuelga.
Paseo la mirada por las paredes nacaradas de mi departamento, el cual es pequeño y acogedor. Tengo una salita de pocos metros con un único sofá afelpado en rojo, una televisión de pantalla plana que se daña más veces de las que quiero recordar y una habitación estrecha, con una cama suave. Tengo una ventana tan pequeña que más bien parece una rendija, y lo prefiero de esa forma. Después de lo que viví hace dos años con mi ex, evito el contacto excesivo con el mundo exterior a toda costa.
Josh sigue allá afuera, merodeando como el psicópata que es y me aterra la idea de que en cualquier momento venga por mí, e intente hacerme daño de nuevo. Por su culpa tuve que mudarme de estado, porque tenía demasiado miedo de que regresara por mí y me golpeara de nuevo.
