Treinta y Tres

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Multimedia: Inevitable- Shakira

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Multimedia: Inevitable- Shakira

El departamento de Liam está exactamente igual a como lo recuerdo. Las paredes azules resaltan ante mis pupilas apenas pongo un pie en la sala. Mayas plateadas decoran todo, denotando la opulencia que he llegado a disfrutar.

Romeo, el adorable perrito de Liam aguarda cariñosamente en la entrada y mueve la colita ante nuestra llegada.

Cuando abrimos la puerta, el encantador animalito salta hacia mí con entusiasmo, para darme lamidas cariñosas, que me enternecen mientras lo abrazo una y otra. Su pelaje dorado emite un aroma suave, lo cuál me demuestra de nueva cuenta, que Liam realmente se ocupa de él. Los shampoos y jabones con aromas intensos no son recomendables para perros y gatos, ya que tienen la tendencia a irritarles la piel y producirles salpullido.

Todo empezó gracias a este hermoso Golden Retriever. Fui contratada para cuidarlo y en medio de lo que parecía un trabajo normal, me reencontré con Liam.

—Traidor— murmura Liam viendo cómo el perrito me prefiere a mí y me saluda primero. —Es la segunda vez que la eliges a ella a pesar de que me mato trabajando para que vivas en medio de tanto lujo. Te compro alimento de primera calidad, te llevo a donde tú quieras, te consiento en todo y así me pagas —Señala hacia las paredes fingiendo indignación. El animalito ni lo mira —¿Qué más debo hacer para que me muestres un poco de agradecimiento? Ya sé que no soy tan bonito como ella... —Me observa y prosigue—pero llevas casi tres años conmigo, al menos quiéreme un poco.

—Profesor, Romeo tiene buen gusto e hizo la elección correcta al saludarme primero. Eres una cosita inteligente. —Le digo al canino, rascándole la cabecita sedosa. Los ojitos brillantes de Romeo no dejan de mirarme como si estuviese muy seguro de que soy lo más emocionante que ha visto en mucho tiempo.

No hay cariño más puro, sincero y leal, que el de un perrito. No comprendo cómo es posible que existan bestias capaces de dañar a un animalito en este mundo. Quien golpee a una criatura tan inocente por puro placer merece el peor de los finales.

—¿Qué necesita, alumna Hill? ¿Desea comer algo? ¿Quiere darse una ducha?, ¿Necesita hacer más llamadas?— Liam me mira y sé que no escatimará en esfuerzos para hacerme sentir mejor.

—Creo que un baño estará bien, para mí. —respondo, sabiendo que es lo que mi piel sensible necesita.

—¿Deseas que ordene algo de comer?

Asiento, correspondiendo a sus buenas intenciones.

Entre más tiempo paso con Liam, más me convenzo de que he sido una perra malévola, juzgándolo tan mal. Es bueno, atento y consigue sacarme sonrisas sin mayor esfuerzo.

Hoy me ha salvados dos veces de situaciones terribles.

No sé qué hubiera hecho si Liam no hubiera evitado que aquel encapuchado me lastimara.

Más que su Alumna - Ya en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora