Veintitrés

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Multimedia: Louder than Bombs- BTS

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Multimedia: Louder than Bombs- BTS



Cuando escucho que la puerta se abre, me asomo débilmente por la orilla del librero.

Él no está por ninguna parte.

Espero que transcurran como dos minutos y me dispongo a correr como alma que lleva el diablo hacia la salida.

Me aseguro de que nadie me vea cuando regreso a la habitación y me tiro en la cama, completamente agotada.

¿Qué diablos fue todo eso?

Las dudas zumban en mi cabeza con mayor intensidad que nunca.

Ahora sé que no estoy loca, Liam esconde algo y voy a descubrirlo. No tiene sentido apartarme si sé que él encontrará la forma de llegar a mí.

Debo ir un paso adelante y esta vez, seré cuidadosa.

Me recuesto contra el respaldar de la cama, aún con los nervios hecho trizas.

¿Por qué sentí tanto miedo cuando él estuvo cerca?

¿Acaso mi mente intenta advertirme algo?

Tengo un puñado de piedras asentándose en mi estómago y relamo mis labios, intentando que mi corazón toque tierra firme. Ahorita se encuentra atrapado en una tormenta que amenaza con infartarlo.

Vamos, cálmate.

Cruzo los brazos sobre mis muslos y levanto una mano para colocarla sobre mi pecho. Sigo alterada, aturdida y un poco mareada. El aire no entra como debería a mis pulmones y no sé bien qué es lo que me tiene tan perturbada.

El aluvión de emociones no se detiene, cuando Liam entra en mi habitación y me escudriña con gesto extrañado. Lo miro y me obligo a pensar que esa cara atractiva de ojos grises oculta cosas peligrosas. No quiero caer embobada otra vez.

Debo quitarme la capa de caperucita roja y ponerme la máscara de loba feroz, si quiero obtener las respuestas que busco.

Durante años él ha sido un tentador misterio, ya es hora de que se convierta en una verdad revelada.

—¿Estás bien? —indaga con un tono de extrañeza que no sé si tomar en serio. Una parte oscura y pesimista de mi cerebro, me susurra que él sabe que estuve husmeando en su biblioteca de villano sexy. —Estás pálida, llamaré a la doctora.

—No, me siento bien. Es sólo que... me puse a ver la televisión un rato y pasaron un adelanto de las noticias, allí sale lo que ocurrió en la universidad y me puse un poco nerviosa, eso es todo. —miento descaradamente.

Su expresión se relaja y la comprensión aparece en su rostro. Respiro hondo, evocando mi nuevo mantra: Deja de ser como caperucita, él no debe verte débil.

Más que su Alumna - Ya en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora