Veinticuatro

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Multimedia: Who's laughing now- Ava Max

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—Sigo sin entender su juego, profesor—chasqueo, harta de su actitud. —¿Qué pretende al dejarme tirada cada vez que las cosas se ponen interesantes?

Amiga, ten dignidad, ya deja de perseguir a este hombre.

—Lo bueno se hace esperar, preciosa y cuando esté dentro de ti por primera vez; haré que valga la pena. Ahora pórtate bien y por favor, dame la dirección de tu casa. —Me guiña un ojo.

—Oiga, pero no sean tan directo al echarme de su casa. Disimule un poco.

Seguro va a reunirse con su amiguita la Rachel, sugiere mi subconsciente tan cizañoso como siempre.

—No te estoy echando, dijiste que querías irte.

—Obvio, lo dije después de que para variar me calentara y después me lanzara un balde de agua fría, yéndose de la habitación. ¿Quién no querría irse en mi situación? Usted no para de humillarme.

Sus iris se crispan en algo semejante al arrepentimiento.

—Quiero que cuando escuches lo que voy a decirte cuando salgas conmigo en una semana, estés lo suficientemente relajada para que tu mente pueda procesarlo como se debe.

Arrugo la frente y él dibuja un medio suspiro.

—¿Por qué dice cosas que me hacen pensar que es un asesino?

—No se necesita ser un asesino para tener algo interesante que contar.

—¿Qué significa eso?

—Lo sabrás a su tiempo.

Su actitud enigmática y misteriosa es tan desesperante como el sonido del despertador cada mañana.

—A este paso, vendrá Jesucristo en un nube antes de que se digne a decirme la verdad.

Me da una sonrisa torcida, que para variar me alborota las desgraciadas mariposas que no quieren mudarse de mi estómago.

—Lo peor es que no me dice nada más y se queda callado, o sea que sí pretende dejarme con el chisme a medias. —bufo, blanqueando los ojos.

Liam me toma de la mano y me conduce hacia la planta baja. Desearía decir que su cálido toque no cosquillea en cada centímetro de mi piel, pero por desgracia ocurre todo lo contrario. Es como si derramaras toda la lava de un volcán sobre una hormiga; la pobre no se dará ni cuenta de qué la mató. Liam es la lava y yo soy la hormiga, una demasiado torpe para salir airosa de la erupción.

—Esta casa es mi favorita de...

—¿De las 25 que tiene? —indago. No me extrañaría que tuviera más. —¿Qué se siente ser tan asquerosamente rico? ¿Algunas vez en su vida le ha tenido que echar agua al shampoo?

Más que su Alumna - Ya en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora