Violet Hill se reencuentra con el profesor del que se enamoró cuando iba al instituto y todo parece marchar bien. Se sigue sintiendo atraida hacia él y este muestra señales de que le corresponde .
Pero cuando Josh, el ex novio que la golpeaba, reapa...
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Después de lo que pasó con Liam, me dediqué a ignorarlo el resto de la semana.
Asistí a sus clases, pero me mantuve tomando nota en silencio, evitando hacer contacto directo con el precioso océano neblinoso que hay en sus ojos. Sólo Timothy y Caleb conversaron conmigo entre clases. Este último ha estado hablándome por Instagram y hemos mantenido pláticas agradables. Me enteré que trabajará en la constructora de su familia al salir de la universidad y me comentó que abren nuevas plazas a menudo, ofreciéndome de paso, la posibilidad de formar parte de esta.
—El profesor Liam ha estado comportándose como todo un caballero conmigo, sé que le gusto eso es obvio creo que esa fue una de las razones por las que me eligió como su asistente y no a la sabelotodo. Liam evita tener contacto directo conmigo para no traerme problemas en la universidad, me lo dijo anoche. —pronuncia Hyle dándole un sorbo a su jugo de piña.
Maldita escoria apestosa, le dice lo mismo a todas
Me encuentro en la cafetería, sentada junto a Olivier y Timothy. Evidenciando que suelo llevarme mejor con los hombres que con las chicas. Desde que Liam no eligió a Timothy, Hyla ha estado molestándolo cada que puede. Se ha tomado en serio lo de convertirse en la abeja reina del panal. Ojalá se envenene con su propia miel.
—Ignórala. —susurra Oliv.
Ojalá fuera tan fácil.
Amy, sentada en una mesa contigua tampoco parece demasiado feliz escuchando los parloteos de Hyla. Acto seguido, se levanta de su puesto, toma su bandeja naranja en las manos y se acerca a nosotros.
—¿Puedo sentarme con ustedes? Es mejor escuchar a Hyla en grupo, que a solas. Así ustedes me detienen cuando sienta deseos de cometer un crimen internacional y asesinar una neozelandesa a sangre fría.
Asiento y ella deposita su comida sobre la mesa. Amy compró dos platos de ensaladas de frutas y una bebida dietética de una marca hippie que está de moda.
—Violet, lamento si fui grosera contigo. Ya sabes que a veces soy demasiado sincera e insoportable, sigo teniendo la absurda maña de pelearme con otras cuando hay un tipo en la palestra.
