Siete

105K 9.4K 3.3K
                                    

Multimedia: Love on the Brain-Rihanna





¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Se siente como si una eternidad hubiese transcurrido desde que él se fue.

Mi mente es un torbellino de emociones que no logra estabilizarse. Mis respiraciones continúan siendo irregulares y mi pecho apenas se mantiene estable.

No puedo creerlo, Liam Larsson me ha besado.

Ese hermoso hombre de ojos azules como un mar tempestuoso y salvaje, de semblante masculino y avasallante como el sol dominando en el cielo, unió su boca a la mía.

Es inaudito.

Se me eriza cada folículo piloso al recordarlo.

El sujeto que fue mi profesor y mi primera ilusión cuando era una adolescente, ha convertido mi fantasía más platónica en una realidad. Temo pellizcarme y descubrir que estoy atrapada en un sueño.

Masajeo mis labios con la yema de los dedos, buscando un retazo de su esencia, una huella que me ayude a creer que lo acaba de pasar en verdad pasó.

Tengo las mejillas calientes y la boca humedecida.

Dios mío...

Realmente me ha besado con la fuerza de un dios nórdico; la seducción de un demonio y la sutil luminiscencia de un ángel que por fin pudo tocar al pecado.

Me parece mentira, espero que no sea uno de esos sueños de esos en los que despiertas en la mejor parte, aunque en este caso no lo he hecho.

Rezo para que mi realidad no se vuelva tumultuosa como en el pasado. La última vez que me entusiasmé con un chico, resultó que era una persona tóxica, obsesiva y controladora; que me golpeó cuando decidí terminar lo nuestro. Me hospitalizaron e interpuse las denuncias pertinentes, por desgracia su familia millonaria compró su libertad y a mí me amenazaron con destrozar mi vida si seguía insistiendo con lo mismo. Me aterré y dejé todo de lado, entré a terapia psicológica para borrar las secuelas y desde entonces me he obligado a dejar aquel incidente en el pasado, aunque a veces las cicatrices cobran vida y me aterro, pensando en que Josh sigue persiguiéndome y que tarde o temprano aparecerá para concretar lo que aquella vez no pudo.

Sus ojos furiosos aparecen en mis sueños, la ira que despedía mientras me pateaba el vientre me provoca un estremecimiento gutural. Aún le tengo miedo, aún me abruma la idea de que pueda estar allá afuera lastimando a otra chica. No comprendo por qué sus padres en lugar de patrocinarle lo que hace, no lo internan en un psiquiátrico.

No me he interesado románticamente en nadie desde entonces, los únicos recuerdos bonitos que tengo sobre un hombre son de Liam, y ahora que al fin pude concretar con él lo que creí imposible, quiero creer que la vida me está dando una nueva oportunidad de ser feliz al lado de alguien Aunque el hecho de se marchara sin decirme más, me deja un sabor agridulce en el paladar. Como un latigazo impregnado de fuego.

Más que su Alumna - Ya en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora