Violet Hill se reencuentra con el profesor del que se enamoró cuando iba al instituto y todo parece marchar bien. Se sigue sintiendo atraida hacia él y este muestra señales de que le corresponde .
Pero cuando Josh, el ex novio que la golpeaba, reapa...
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Han pasado dos semanas desde la última vez que vi a Liam. No voy a decir que ha sido fácil y que me siento en paz sin él, porque lo cierto es que ha ocurrido todo lo contrario.
Cada día que transcurre mi curiosidad hacia él aumenta.
El odio y la rabia que vi de su parte, hacia la profesora Abigail no fueron normales. Por primera vez en mucho tiempo, sentí que él era capaz de algo sumamente peligroso. La vibra turbia y tempestuosa que su mirada irradiaba no era normal.
—¡Violet, enciende la televisión! —Olivier aparece a través del pasillo en toalla y más pálido que nunca. Tiene los labios apretados y los ojos verdes desorbitados.
—¿Qué te pasa?
—Enciende la tele, no lo vas a creer.
—Parece que hubieras visto un fantasma. —concreto horrorizada.
Alcanzo el mando y lo sostengo entre mis manos, pero tengo las dedos sudorosos y lo dejo caer sin querer. Olivier me observa como si no pudiera hacer nada bien.
—Es un chisme de los gordos el que están pasando en la televisión, si me lo pierdo por tu culpa jamás te lo perdonaré.
—¿Interrumpiste tu baño por venir a chismosear?
—Cállate y enciende la tv.
—Dime por favor.
—Te echaré de mi departamento si no pones CNN en estos momentos.
—Uy, qué carácter. —expreso y prendo el aparato.
Olivier suspira y agita la cabeza, como si estuviera muy seguro de que perdí demasiado tiempo valioso.
Sintonizo el canal de CNN.
Olivier se acomoda a mi lado con la rapidez de un guepardo, cuando se trata de algún chisme él no escatima en esfuerzos. Sin embargo, no es el tipo de persona que se sienta cada tarde a ver las noticias. Algo aquí no cuadra.
En la televisora, una conductora de pelo rubio recogido y camisa azul anuncia un nuevo evento con total seriedad. Tiene el rostro ovalado, las mejillas maquilladas con sobriedad y una voz potente.
—Abigail Cullen, una mujer de 34 años que hace poco más de dos semanas asumió el cargo como directora de la universidad de Ahmerst, se suma a la larga lista de mujeres desaparecidas en las últimas semanas. Esta, no es la primera vez que un suceso desconcertante remece las paredes de dicha casa de estudios superiores, ya que el 5 de septiembre del año en curso, un grupo que aún no ha sido identificado realizó un tiroteo en el que hubo dos muertos, 10 desaparecidas y una veintena de heridos. La policía sigue investigando lo ocurrido, no sólo en Amherst, sino en el resto del país.
