Violet Hill se reencuentra con el profesor del que se enamoró cuando iba al instituto y todo parece marchar bien. Se sigue sintiendo atraida hacia él y este muestra señales de que le corresponde .
Pero cuando Josh, el ex novio que la golpeaba, reapa...
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Multimedia: Side to Side- Ariana Grande ft Nicki Minaj
De un momento a otro, su cabeza ataca mi zona más sensible y pierdo el control.
Tiemblo cuando lame mi clítoris y empieza a chupar como si no hubiera un mañana. Nunca antes había sentido tanto fuego en mi cuerpo, tanta pasión, tanto deseo.
Todo en él me mata, me abruma. Ansío su boca, ansío sentir por primera vez lo que es entregarse en cuerpo y alma un hombre.
Mi virginidad inicia su conteo regresivo para desaparecer.
Me deshago en mil y un pedazos cada vez que su lengua azota mi clítoris con un salvajismo descomunal. Él lame sin contemplaciones, de forma rápida, avasallante. Como si no quisiera darme tiempo ni de respirar entre tanto placer.
Lo quiero dentro de mí, más que nunca. Es como si su forma de masturbarme se hubiera convertido en mi nueva religión.
Mi corazón es un tornado, mientras su lengua continúa invadiendo mi coño.
—Cómame, fólleme, penétreme haga conmigo lo que quiera.
Él asciende a mi cara y empieza a besarme. Siento su aroma, sus respiraciones, todo de él está sobre mí. Domándome, controlando cada uno de mis deseos.
Alzo la cadera dándole una clara invitación a entrar en mí.
Estoy tan caliente y excitada que podría volver cenizas al mismísimo sol.
Tengo los pezones erectos, la entrepierna en llamas, mientras admiro al impresionante hijo de Odín adueñarse de mi cuerpo.
Liam hace su movimiento y vuelve a meter la cara en la entrada de mi sexo. Todo esto se siente tan íntimo, tan compenetrado.
Entrecierro los ojos cuando esa inigualable sensación de plenitud empieza a adueñarse de mis huesos. Trago saliva y me desboco entre jadeos y gemidos, cuando el orgasmo está a punto de llegar a mí. Su lengua provoca que mi piel se contraiga encendida. Él no para de lamer, cada toque aviva la fogata en la que me he convertido en estos momentos.
Cierro los ojos cuando uno de sus dedos enreda mi pezón y tira de él, hacia adelante.
Estoy llegando, oh sí.
Necesito más de esto.
Quiero más de esto.
—Tu coño tiene amo desde hace mucho y ese soy yo, pero me temo, que no puedo darte lo que quieres hasta que no aprendas a comportarte como es debido y dejes de actuar como una imprudente—pronuncia con los ojos apretados, mientras se levanta, dejándome tirada en la cama como si fuera una ramera que no merece la más mínima consideración.
—Saldremos esta noche, si gustas y aclararemos muchas cosas. Debo terminar con otros pendientes, los pospuse para venir a verte, nena.
—¿Y quién te dijo que quiero salir contigo? —Me siento en la cama y reúno los pedacitos que me quedan de dignidad, mientras me tapo, sintiendo ganas de agarrar su costosa sábana y destazarla. —¿Cómo puedes estar pensando en salir a pasarla bien cuando ha ocurrido un tiroteo en la universidad?
