Treinta y Cinco

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Multimedia: Oh my God- Adele

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Multimedia: Oh my God- Adele

Si hace cinco años alguien me hubiera dicho que un día iba a despertar al lado del profesor Liam, probablemente habría soltado una carcajada.

Durante mucho tiempo esperé que algo así sucediera y aunque no tuvimos sexo, todo lo que pasó ayer se sintió demasiado íntimo y real.

Pude abrirme con él y contarle lo que me había ocurrido con Josh, él fue comprensivo y me escuchó atentamente mientras me recalcaba sobre lo fuerte que había sido.

No me juzgó por haber soportado sus golpes sin poder defenderme, no me observó como si fuera patética. Tampoco me trató como si estuviera loca cuando le expliqué que en momentos de miedo y desesperación, tenía visiones con Josh. Se ofreció a ayudarme, a apoyarme en lo que necesitara. Entre besos y caricias prohibidas me dio a entender que de verdad le importo.

¿Será que nunca me ha escondido nada raro y que he estado juzgándolo injustamente?

El calor de su cuerpo me envuelve y admito que daría lo que fuera por seguir en esta posición y no tener que ir a la universidad.

La luz llena la habitación y se cuela en los rincones correctos, para realzar la belleza física de Liam. Él sigue profundamente dormido, con su mano enredada en mi vientre desnudo y su cabeza apoyada en mi hombro. Sus respiraciones golpean mi oreja, causando que una serie de cosquilleos despierten mis ganas de hacer algo más. Desearía poder verlo de frente, pero a decir verdad no me quejo, estoy en una posición soñada.

Tuve un sueño tranquilo, cuando todo lo de Katherina ocurrió, pensé que me desharía entre pesadillas y que despertaría a cada rato con el corazón en un puño; la frente sudorosa y el estómago hundido.

Pero no fue así y me siento más que sorprendida.

Hoy retornamos a la universidad, por fortuna vamos en la jornada vespertina, por lo cual podremos dormir un poco más o conversar en todo caso.

Me siento tan dichosa esta mañana, Katherina está bien y el resto de vecinos también. Liam, como el buen ser humano que es, me dijo que pondrá a disposición uno de los edificios para que ellos convivan hasta que se recuperen.

Su padre lo llamó anoche para felicitarlo por lo que pasó y aunque no sé bien cómo terminó la conversación, sospecho que todo fue bien; porque él no dio señales de que algo en la actitud de su padre le incomodara. Me contó que ellos se distanciaron ante la negativa de Liam de involucrarse en la campaña, pero al parecer, tras el incendio pudieron limar un poco las asperezas.

Me pongo la sudadera y me levanto de la cama, evitando hacer el mayor ruido posible.

Quiero hacerle un desayuno delicioso a Liam, porque ayer él se portó de maravillas conmigo y lo menos que merece es que tenga un detalle bonito en agradecimiento.

Más que su Alumna - Ya en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora