Capítulo 12
-Mamá, tengo que hablar contigo-. Estaba decidido, se lo iba a decir.
-Dime cariño.
-Pues bueno, yo me preguntaba que qué pasaría si fuese a la Tierra.
-Pues que tu padre te mataría. Dime que no...- No le dejé acabar la frase, la abrazé y lloré en su pecho. Me sentía mal, traidora. Había traicionado a mi padre. Puede que hubiese sido lo mejor que me hubiese pasado en mi vida pero no debí hacerlo.
-Mamá, lo siento, hoy casi me pilla. No debí, fue un error, lo siento. Y... Tengo que hacerte un par de preguntas.
-Sabía que esto iba a pasar algún día. Es mejor así-. Me separé limpiando los restos de lágrimas que quedaban bajo mis ojos y que ya no salían de ellos y miré a mi madre sorprendida-. Debo contarte algo importante, pero primero hazme esas preguntas.
-De acuerdo. Bastian, te queria preguntar por Bastian.
-¡Oh! Ya lo has conocido. No pensé...
-El primer día fui de compras y luego a la peluquería, allí choque con Bastian. Y voy a un instituto, y tengo novio, y amigos y después de clase voy a casa de Bastian hasta que sea la hora de volver-. Iba a seguir hablando pero mi madre me cortó.
-Axelia, Axelia para. Recuerda que no debes decir tu procedencia a nadie, ¿entediste? A nadie. Ahora escuchame atentamente. Doy gracias a Dios de que Caronte te haya llevado.
-Mamá, en realidad, la primera vez me llevó Caronte, pero ahora me puedo teletransportar en cuestión de segundos-. Le mostré mi habilidad teletransportandome de un extremo a otro de la estancia.- Ahora sí, cuentame.
-Hay una profecía, cualquiera de los hijos de los tres dioses más importantes, Hades, Zeus y Poseidón, deberá derrotar a uno de esos dioses. Él problema es que lo más probable sea que...
-¡Ni se te ocurra decirlo! ¡Es totalmente imposible!
-Axelia, relajate y escuchame. Eres la única que queda, eres la única mestiza hija de Hades, Zeus o Poseidón. Y la verdad, no creo que la profecía se refiera ni a Zeus ni a Poseidón.
Era imposible, mi padre era un avaro ser robando vidas de pequeños niños que podrían haber vivido muchísimo más, pero no pensaba acabar con él. Me daban igual las profecías. Tal vez pudiese acabar con Zeus o Poseidón, tenía la esperanza de ello. Le pediría a mi padre que me llevase algún día al Olimpo con él, y quién peor me cayese, ese sería eliminado. No era una persona sangrienta, por eso tenía escrúpulos, pero debía entrenarme.
-Mamá, la profecía no habla de ninguno en concreto, tal vez lo pueda salvar. Sé como es y también sé que no debería arriesgarme y quererlo, pero es mi padre y sé que me quiere. ¿Él lo sabe?
-Sí, y sabe que eres la única que queda. Y sabe que no lo matarías, o eso cree.
-Mamá, si él muere, yo soy la legítima heredera al trono ¿verdad?
-Así es-. Eso me hizo ilusión, pero no de esa manera.
-Y mamá, si él... Renunciace al trono, ¿qué pasaría? La profecía no indica que tenga que matar a un dios poderoso, simplemente que lo derrote-. Se me había ocurrido una idea genial, sólo faltaba el visto bueno por parte de mi madre.
-Exacto cariño. No es tan díficil de conprender. Yo lo compredí.
-Sí, claro, facilísimo-. Notesé mi ironía.
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¡Ya he subido cap.! :3 Tengo una nueva novela, "El Club de los Ineptos". Decidí quitar la de "El Diario de Ginger" ya que no me gustaba.
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Inframundo
NezařaditelnéHasta el momento, yo seguía encerrada en aquel tétrico castillo, pero lo que no sabía era que mi vida pudiese dar un giro tan grande en apenas días y luego, mi historia continuaría.