Capítulo cuatro

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Capítulo 4

-¡Caronte!¡Caronte!- noté como alguien me agarraba del brazo y salia corriendo conmigo.

-¡Tenemos que irnos, rápido!- ¿Caronte? ¿Que había pasado?- Tu padre te va a descubrir, ¡sube, rápido!

-¿Cómo?- yo tambien era tonta, sabía que esto era una locura pero no pensé que fuese a descubrirme, sí, ya lo sé, se lo que dije, pero no pensé que fuese a descubrime-. Caronte, tengo una idea, yo...

-Haz lo que quieras, pero mantente a salvo.- eso era un sí, tenía que usar mis poderes, no estaba prohibido pero no se si funcionaría. Rapidamente le dije adiós a Caronte y lo hicé, pasé mi mano ante mi cara y estaba a salvo en mi habitación.

Era genial tener poderes que te sacasen de apuros, simplemente debía pensar al lugar donde quería ir y pasar rapidamente mi mano ante mi cara. Ahora que lo pienso, había conseguido leer la mente de Bastian, a lo mejor en el inframundo no lo podría hacer pero si podía hacer otras muchas cosas. Tenía una gran duda, ¿debía decírselo a mi madre? No lo sabía, probablemente sí, pero tenía que esperar, tenía que volver y cuando ya hubiese ido varias veces, se lo diría. En ese momento alguien tocó la puerta, y antes de que pudiese decir "pase" la puerta se abrió. Era mi padre.

-Sólo quería comprobar si estabas aquí, ya veo que sí-. Se sentó al borde de mi cama, ya sabía a que venía, iba a echarme un sermón sobre lo "terrorífico" que era la Tierra-. Mira Axelia, se que te encantaría ir, pero no puedes, es un mundo horrible, solo intento protegerte. Tú sabes que no hago esto porque quiero, lo hago porque es mi deber, y el tuyo es quedarte aquí, para siempre. Sólo lo hago para protegerte a tí y a tu madre, y lo sabes-. Solté una risa irónica y me miro serio, muy serio-. No bromeo, es verdad.

-¿Por qué? Yo creo que no es tan "maléfico", dame razones, sino, dejame ir.

-En primer lugar, la gente es mala, muy mala, encontré a tu madre el único buen ser humano de el mundo de los vivos. En segundo lugar, los hombres se fijarían en ti, y son malos, muy malos, se fijarían en ti porque eres preciosa, con tu hermoso cabello, espera ¿donde te has hecho eso?- Dijo tocando mi cabello, yo tenía una respuesta a eso.

-Me lo he teñido y cortado, ¿te gusta? Eso es lo que he estado haciendo hoy.

-Eh... Sí, ahora baja, vamos a cenar-. Fuí a cenar y después me fuí a la cama. Tal vez debía apreciar más a mi padre, antes de saber la verdad con trece años, yo amaba a mi padre, lo quería con el alma pero después de eso he pasado los dos años siguientes sin hablarle, tal vez ahora que iba a cumplir los dieciseis era hora de hacer un cambio en mi vida.

Bajé a la cocina, saludé con alegría y ellos me sonrieron, mi padre me quería, yo pensaba que no, pero realmente sí. Cogí una manzana y me fuí a mi cuarto para irme a ver a Bastian con mis poderes, eran perfectos, gracias a ellos podía cumplir mi sueño.

Encontré a Bastian y me llevó a ver la ciudad, llevaba puesto uno de mis nuevos conjuntos, un jersey rosa palo con unos vaqueros y unas botas militares. La mejor parte del día fue el almuerzo, fuimos a un restaurante de comida rápida, fue el mejor almuerzo que había tenido durante toda mi vida. Cuando salimos pasamos por delante de un instituto, el Rydell School. La mayor sorpresa fue cuando Bastian me dijo que debería ir todos los días, eso me emocionaba, escaparme todos los días y mentirle a mi padre, cambiar de aires, ¡genial! No me gustaba mentir, pero lo haría.

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