XIV

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El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento.
                                  Anónimo

Siempre pensé que el miedo a la tortura sería diferente.

En mi imaginación, siempre era yo la que salía mal parada. Siempre era yo la que recibía la paliza. Pero nunca pensé que el miedo consistía en que era yo la que tenía que darla, y mucho menos a Jenna.

Los iniciados van entrando en la sala de uno en uno. Parecen tranquilos. Yo también lo estaría si tuviera que enfrentarme al miedo de otra persona.

Pero esta vez, el miedo de quien sabe qué líder osado, es también el mío.

- ¿ Has pensado cómo superarlo ? - pregunta Jace.

- Aún no. No puedo moverme, en la simulación. No sé que hacer para evitarlo.

Su mano cae sobre la mía.

- Encontrarás la forma. Estoy seguro.

Sonrío brevemente. Lo justo para que sepa que se lo agradezco.

- Arelys - me llama Cuatro- tu turno.

Me levanto del frío asiento, y paso las manos sudorosas por mis pantalones.

- Suerte - me desea Jace.

Dentro de la sala de paredes blancas, está Eric. Los dos supervisarán toda mi prueba.

- Ya sabes cómo funciona - dice Cuatro, inyectando el líquido con la jerenguilla - Encuentra la forma de saltar el obstáculo de manera osada.

Asiento, cerrando los ojos, y sin más, entro en la simulación.

Estoy de nuevo sola en la habitación. La única diferencia, es que esta vez las paredes son blancas... y Eric y Cuatro están conmigo.

Me esfuerzo por ignorarles, y me centro en lo que tengo delante. El cuerpo de mi hermana, vivo por poco tiempo, está tirado sobre el suelo, envuelto en un charco de sangre.

- ¿ Quién es ? - pregunta Cuatro.

- ¿ Es necesario ?

- Forma parte de tu prueba. Todo lo que sale en ella influye en la forma en la que reacciones- explica Eric.

- Mi hermana - contesto, con la voz temblorosa - y tengo que torturarla.

Como la vez anterior, mis manos tantean de un lado a otro la mesa de instrumentos.

Pero entonces, me doy cuenta de que si puedo controlar mis movimientos. No al cien por cien, pero tengo la capacidad de escoger el arma.

Alejo el látigo de mi, para evitar el final anterior, y pienso.

Mis ojos se deslizan rápidamente por las herramientas.

Como siempre, escojo el cuchillo.
Me vuelvo hacia mi hermana, que llora y me ruega que me detenga. Cuatro y Eric me miran expectantes, esperando mi solución.

Entonces, sin más, en un rápido gesto, paso la hoja del cuchillo por mi cuello.

Caigo al suelo, y muero.

Cuando abro los ojos, Eric y Cuatro se están mirando entre ellos.

- Vaya.

- Sí... creo que el objetivo era matar a la chica sin hacerle más daño... pero suicidarse también está bien, supongo - sonríe Eric, asintiendo aprobatoriamente.

Ni siquiera puedo sonreír cuando salgo de la sala, por haber superado efectivamente la prueba.

La mirada y los gritos de mi hermana aún siguen sobre mi.

FactionlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora