XV

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Niega al miedo el poder de influir en nuestras dicisiones.
        Manifiesto de Osadía

Tengo un tatuaje.

Está en el tobillo, en la cara interna del pie.

Es un águila en color negro. Simboliza la libertad y el poder. Dos cosas que nunca voy a tener con Abandoned vigilándome las espaldas.

- ¿ Has pensado ya qué te vas a poner ? - pregunta Jace, observando un diseño de figuras geométricas que está colgado en el expositor.

- Sí, voy a pedirlo - le aviso, y él asiente distraído, mirando su diseño. Eso es precisamente por lo que vinimos aquí ; para distraernos. Al medio día darán los resultados de la segunda etapa y no queríamos pasarnos el día deliberando sobre ella.

- Hola - saludo al chico de la barra.

- ¿ Qué necesitas ? - pregunta sin sonreír, aunque sin sonar maleducado.

- Tatuaje y piercing - contesto, y el me hace una seña.

- Sígueme. ¿ Dónde quieres el piercing ?

- En el labio inferior, lado derecho.

- Bien, quédate quieta - ordena acercando una especie de pistola hacia mi rostro.

Un click suena y no puedo evitar soltar un quejido.

- Podías haber avisado que dolía un poco - mascullo, tocándome el labio, ahora perforado con el arco de plata.

- Vas a ser osada, ¿ no ? -sonríe- Acostúmbrate al dolor. ¿ Tatuaje ?

- Aquí -  contesto, señalando una línea curvada encima de mi clavícula.

Diez minutos de pequeños pinchazos y listo.

Salgo del taller, al mismo tiempo que Jace.

- ¿ Puedo verlo ? - preguntamos a la vez. Reímos.

Él se da la vuelta, y se quita la camiseta mostrándome la espalda.

- Está genial - silbo.

- Gracias - sonríe, volviendo a vestirse - ¿ Y el tuyo ?

Tiro de mi camisa hacia abajo, y se lo enseño. Él lo lee :

El valiente tiene miedo del contrario; el cobarde, de su propio temor.

- Que profundo - bromea, ganándose un puñetazo de mi parte.

- Capullo - sonrío.

- Muy osado. Me gusta - admite- Aunque no el piercing. ¿ No te resulta incómodo ?

- Un poco - me encojo de hombros - supongo que es cuestión de acostumbrarse.

Nos despedimos del tatuador y salimos al pasillo.

Jace pasa la mirada por el par de tiendas que hay al lado del taller.

- ¿ Vienes a comprar algo de ropa ? Ya tenemos algunos puntos acumulados.

- No, creo que me tomaré una siesta antes de que den las Clasificaciones - lo rechazo - estoy hecha un asco.

- Bien, nos vemos allí.

Asiento en forma de despedida, y después nuestros caminos se dividen.

Jace entra en la primera tienda para comprar. Para mi sorpresa, no toda la ropa es negra. Y es que los miembros deben de llevar al menos una prenda del color de la Facción, aunque casi todos usan un conjunto del mismo color.

Yo, en cambio, bajo las escaleras, en dirección al dormitorio de los iniciados.

Camino deprisa, sin presyar mucha atención a mi alrededor. Las ganas que tengo de dejar la cabeza sobre la almohada son impresionantes.

Los pasillos de Osadía están oscuros, como siempre, asi que sin querer, me choco contra el hombro de alguien.

- Mira por dónde vas, estirada - espeta. Eric.

- Míralo tú - contesto cortante. ¿ Quién se cree que es para ir hablando así a la gente ? Estoy harta de que siempre me llame estirada, mi nombre no se va a gastar por usarlo - Capullo - susurro pasando por su lado.

- ¡ Te he oído ! - grita molesto.

Me giro sin dejar de caminar y con una sonrisa falsa le saco el dedo de en medio.

- ¡ Me alegro !

FactionlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora