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Nuestras vidas son un campo de batalla en la que se enfrentan en una guerra continua las fuerzas que se han comprometido a confirmar nuestra humanidad y aquellos que se determinan en su desmantelamiento, los que se esfuerzan por construir un muro de protección alrededor de él, y aquellos que quieren tirar de él hacia abajo, los que buscan darle forma y quienes están comprometidos con la ruptura, los que pretenden abrir los ojos, para hacernos ver la luz y mirar al futuro, y los que quieren adormecernos haciéndonos cerrar los ojos.
                 Ngugi wa Thiong'o

Jace y yo cruzamos una mirada significativa cuando un osado que jamás habíamos visto antes (y es de extrañar, porque en la sede nos concemos todos) se detiene con aire sospechoso delante de nosotros.

- El halcón está en su cenit - dice sin mostrar ninguna expresión.

Aprieto la mandíbula. Es la contraseña de Abandoned.

- Seguidme - ordena el individuo, y tras él, salimos de Osadía.

Una vez allí tomamos el tren. El desconocido no lo hace con tanta ligereza como nosotros, pero tampoco nos retrasa. Es obvio que no es un verdadero osado.

Una vez estamos de nuevo en tierra firme, toca ponerse a correr. Normalmente Abandoned intenta pasar desapercibida, así que evitamos el uso de automóviles, solo disponibles para algunos líderes de cada Facción.

Finalmente, llegamos al lugar donde terminan las granjas de Cordialidad (dentro de la valla, por supuesto).

Las flores están abiertas de par en par, cosas de la primavera, y se respira un aire fresco y puro. Cualquiera diría que hemos venido aquí a pasar un buen rato.

- Mis queridos pequeñines - Klaus sale de la nada, alzando las manos abiertas hacia nosotros - Cuánto os he echado de menos.

- Tu cinismo es asqueroso, Klaus - sonrío falsamente.

Su mirada se oscurece con el comentario.

- No olvides tus modales, amor. O alguien pagará las consecuencias por ti.

Trago saliva. Me recuerdo que ya no estoy en Osadía, que ya no puedo hacer lo que quiera.

- Jace, Arelys - saluda Price saliendo de detrás de Klaus - ¿ cómo estais ?

- Bien - respondemos al unísono. Es una pregunta bastante absurda.

- Procedemos al informe de situación. Has cumplido con tu parte, ¿ no, Jace ?

- Así es, señora.

- Bien, prometemos cumplir nuestra parte del trato siempre que tú tomes decisiones a nuestro favor como líder de Osadía.

- Por supuesto - confirma mi amigo, con seguridad.

- Klaus, haz que acompañen al señor Clifford de vuelta a Osadía - pide Price - Arelys y yo tenemos que conversar.

Siempre me ha impresionado la formalidad y elegancia con la que habla y se mueve la mujer que tengo ante mi. Sin duda, en su antigua vida debió ser erudita, o veraz.

- ¿ Cómo vas con Eric ? ¿ Ya te has hecho indispensable ?

- Estoy en ello, señora.

- Me han dicho que tuvisteis una pelea... - comenta. Frunzo el ceño. Eso pasó ayer. ¿ Cómo se ha enterado tan rápido ? ¿ Cuantos topos hay en Osadía ?

- Sí, señora. Pensé que había que darle algo de credibilidad a la relación - respondo tranquilamente, ella me observa perspicaz - todas las verdaderas relaciones tienen subes y bajas, especialmente con alguien tan difícil como Eric. Resultaría extraño que nunca sufriéramos una confrontación.

Price guarda silencio durante unos segundos, sopesando mis palabras.

- Tienes razón. Pero reconcíliate pronto, ¿ sí ? No quiero tener que enviar a otra persona para manipularle.

El solo pensamiento de otra chica intentando tontear con él me pone de mal humor.

Además, aunque también tengo que hacerle daño, yo puedo protegerle.

Quien sabe qué es lo que haría esa otra persona.

FactionlessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora