Mica se estremeció sin poder evitarlo.
Fue el mismo presentimiento que había tenido esa vez que el padre David la había invitado a cenar, solo para descubrir que la cena se había acabado cuando ella había llegado tarde. ¿Quién era tan cruel para impedir que una chica como ella consiguiera su comida?
Al menos Olivier le estaba hablando, eso era suficiente para mantenerla contenta. Se había tragado su orgullo, porque estaba segura que ese era el principal culpable de cualquier ruptura, y durante el aburrimiento de esperar a que Luc despertara, le había hablado. Habían sido unos tensos primeros mensajes entre ellos, pero ahora estaban bromeando como siempre y él ya le había preguntado cuándo regresaría a Roma. Si tan solo Mica lo supiera...
Necesitaba más tiempo a solas con Luc, el joven era un hueso duro de roer y difícilmente soltaba toda la información que ella quería y sabía que él poseía, pero la hermana Juliet la había llamado y eso era algo que ella no había podido ignorar. Cuando la monja que la noche anterior te había evitado como la peste de pronto te llamaba para juntarse contigo, no era algo que pudieras ignorar.
Increíblemente, se las arregló para hacer esperar a la monja incluso cuando el café se encontraba en la 7th avenue y Saint Patricks en la 5th. No era su culpa distraerse por las tiendas de lujo, y ahora que se había asegurado una dotación de comida gratis no temía en gastar su cuota diaria en las cosas que deseaba. El padre David no estaría de acuerdo, seguro le daría un sermón al respecto, pero Dior era peor que un demonio al momento de poseer sus impulsos.
—Perdóname, hermana, porque he pecado.
En la oscuridad del confesionario, frunció sus labios. ¿Era hermana o madre? ¿O sor? ¿Madre superiora? Siempre se confundía en ese aspecto, demasiados cargos religiosos como para que pudiera recordarlos todos o le interesara el saber diferenciarlos. El aire comenzaba a faltarle también como cada vez que se sentaba a confesar. Solo podía pensar en salir corriendo de allí, odiaba la sensación de sofoco que le provocaba.
—Llega tarde —comentó la mujer pero Mica la ignoró.
—He hecho una alianza con un pagano, y planeo aprovecharme de este para mis propios fines. Mi verdadera motivación es la venganza personal sobre cualquier justicia divina.
—Rece diez padre nuestro.
—Así no es como funciona —respondió Mica sin ocultar su enfado, la mujer suspiró con notable exasperación.
—Desconozco cuál es la relación con su confesor habitual.
—El padre David normalmente me da un sermón y me escucha corto de paciencia, pero no me manda a rezar.
—Entonces no rece.
—Eres una guía espiritual terrible.
—No estoy aquí para absolver su condenada alma de todos los pecados que ha cometido.
—Ahora, eso es rudo. Se supone que seas bondadosa.
—Se supone que usted está aquí para resolver lo sucedido con McKenzie y no ha avanzado nada.
—Ah, pero eso es porque tú no me diste lo que quería ayer. ¿Ahora quién se arrepiente?
—Jesucristo, mi señor, entrégame paciencia para lidiar con esta sierva descarriada...
—¡No soy una sierva!
—... Y redime a esta alma en pena.
—Creo que la palabra que buscas es errante. ¿Piensas informarme sobre McKenzie o no?

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Inflexión
ParanormalMichaela Servadio está segura de una cosa: su alma se encuentra muy lejos de la salvación. Condenada por su sangre, juró servirle a la Iglesia y ayudar a lidiar con sus asuntos demoníacos en un intento por redimirse aun cuando su fe es tan inexisten...