Capitulo 6

1.5K 148 113
                                    

"Porque no quiero que te pase nada."

Hay cosas que nos cuesta aceptar, porque no las podemos entender. Como cuando alguien se va de nuestra vida sin decir adiós, porque no quiere quedarse... y nos hace daño cómo si no le importásemos lo más mínimo. Y tú recuerdas los momentos con esa persona y se te hace impensable hacer lo que te han hecho. Porque una vez esa persona te hizo sonreír, te hizo sentir bien, te hizo feliz... y nunca harías daño a alguien que te hizo feliz.

Y te preguntas, "Entonces, ¿le hice realmente feliz?

Pero me queda algo claro. Nunca hay que morder la mano que te da de comer, ni pisotear y hacer añicos el corazón que te quiere.


Suspiré profundamente mientras me daba una vuelta en el espejo observando que todo estuviera bien y en su sitio. Hice una mueca mientras me repasaba mis labios rojos y acomodé mi camisa de camuflaje. Cogí mi iPhone y me dirigí hacia la puerta, necesitaba un café rápidamente.

—Cloe, ¿no has visto a Irene? No la encuentro por ningún sitio.— Suspiró Adrián con una mueca de decepción en su rostro. Yo negué con mi cabeza.

—No la he visto desde ésta mañana en el desayuno, quizás tenía que hacer cosas.— Me encogí de hombros descuidadamente.

—Está bien, por cierto, me ha preguntado un chico por ti.— Arqueó su ceja con curiosidad y me miró atentamente a los ojos. Noté cómo mi corazón se aceleraba rápidamente y tragué saliva con dificultad.

—¿Un chico?— Lamí mis labios secos. —¿Qué chico?— Pregunté totalmente extrañada por eso. ¿Quién demonios había preguntado por mi?

Fruncí mi ceño.

—El chulito ese que te habló el otro día.—

Fruncí mi ceño todavía más. —Andrés.— Suspiré con resignación mientras pasaba mi mano por mi pelo, alisándolo con mi palma.

Asintió con su cabeza. —Sí, ese.—

—¿Qué quería?— Pregunté totalmente intrigada y con nerviosismo, me ponía muy nerviosa. No podía negar el hecho de que era bastante atractivo y tenía una mirada que te dejaba totalmente parada, pero su actitud jodía absolutamente todo.

Prefería mil veces antes a José, que a Andrés. Si me permites decirlo.

Se encogió de hombros haciendo una mueca de confusión. —La verdad es que no tengo ni idea, pero estaba muy interesado en saber dónde estabas.—

Asentí con mi cabeza e hice una mueca cansada cruzándome de brazos. —Entonces, me busca, pero no te dice por qué. Entiendo perfectamente todo.— Reí con sarcasmo y sin humor.

—¿Le has dicho mi habitación?— Pregunté alarmada cuando esa idea vino a mi cabeza. Sabía que era totalmente capaz de subir a mi habitación o investigar hasta conseguirla, sólo por joder o fastidiarme.

—Para nada.— Soltó una carcajada divertido. —Has tenido que ver tu cara de miedo.—

Sonreí levemente. —Me espero todo de él, así que...—

—¿Tienes algo con él?—

Casi me atraganto con mi propia saliva. —¿Yo con él?— Negué con mi cabeza. —No tengo nada.—

—Hay gente que está diciendo que te vieron subir el otro día a su coche.— Hizo una mueca. —Sólo informo, ten cuidado.— Me advirtió. —Ya sabes cómo es la gente por aquí, les gusta hablar mucho.—

MírameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora