Capitulo 28

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"Lo siento mucho por esto."

Hay personas con las que eras, pero ya no eres... pero, ¿qué pasa cuando sabes que puedes encajar con una persona, pero el orgullo, las circunstancias y el dolor se interponen por el medio?

¿Vale la pena luchar, si no luchan por ti? ¿Qué si no luchan porque en su momento tú no querías saber nada de ellos? ¿Qué si ya se han cansado de esperar una oportunidad por tu parte?

A veces somos los culpables de nuestro propio destino, lo peor... que echamos la culpa a nuestro alrededor, a los problemas, a las circunstancias, y nos quedamos de brazos cruzados quejándonos por que las cosas no son cómo queremos que sean.

Nos quejamos de nuestra infelicidad, pero no hacemos nada para cambiar nuestra situación.

Y a ti... a ti no te cambio por nada. Porque me has hecho daño, pero a pesar de todo, sigo esperando una señal para dar un paso adelante y luchar por ti cómo si no hubiera mañana.

"Te hubiera dado toda mi vida si hubiera hecho falta... porque cuando yo quiero, lo doy todo y no me dejo nada. Te querré siempre, aunque nuestro destino esté a miles de kilómetros de distancia."


Jose's Point of View:

Caminaba por la habitación, de un lado a otro, sin rumbo alguno, pensativo y a la vez ido. Mi cabeza no podía parar de pensar y pensar. Y ella no salía de mi mente. —Me estás empezando a marear de tanto ir de un lado a otro.— Borja me miró atentamente mientras se acomodaba en la cama.

—¿Cómo puede ser tan egoísta, Borja?— Pregunté mirándole con incredulidad en mis ojos.

Mi mejor amigo se encogió de hombros. —Porque ya sabes cómo es Andrés... y si quiere algo va a ir a por ello.—

Tragué saliva. —No hacía ni una hora que habíamos roto.— Me detuve al dar cuenta de lo que había dicho. Ni siquiera estábamos juntos. —O terminado lo que fuera que tuviéramos.— Me corregí rápidamente. —Y ya estaba con sus narices en su nuca.— Suspiré pasando mi mano por mi frente, hice una mueca de dolor.

Sus ojos fueron a parar a los cuatro agujeros que había en uno de los lados de la pared y frunció su ceño divisando mi mano. —¿Eso lo has hecho tú?— Dijo sorprendido.

Suspiré. —Si.— Me senté finalmente en la cama. —Lo peor es que se me ha quedado mirando... pensaba que iba a decir algo, pero te juro que me ha dado tanta rabia que necesitaba desaparecer de allí... porque si no le decía cuatro cosas a ese imbécil.— Fruncí mi ceño con rabia.

—Tranquilo, tío.— Borja me consoló. Llevaba conmigo media hora y no paraba de escucharme, apenas le había dado oportunidad de que se expresara.

—No, tranquilo no, joder.— Proseguí.

—Si sigues así de alterado, te va a dar algo.—

Le miré negando con mi cabeza. —He pasado un fin de semana de mierda... y ahora va y se va con otro, cuando ni siquiera me ha dado una puñetera oportunidad para explicarme.— Suspiré. —No es justo, Borja.—

—Sé perfectamente que no es justo, pero es que no sé ya que podemos hacer, José.— Dijo derrotado. —La he visto en el ascensor ahora... estaba muy seria, pero es que tampoco da el paso ni dice nada.— Hizo una mueca con sus labios. —Quizás necesite más tiempo para asumir todo esto y cuando se sienta preparada, habla contigo.— Se encogió de hombros.

—Ya, y mientras se lo piensa, se va con el gilipollas de Andrés. Entiendo.— Comenté lanzando aquel comentario cargado de rabia y sarcasmo.

—No pienses en eso.—

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