Capitulo 17

1.3K 141 44
                                    

"Las sorpresas no se cuentan."


Habían pasado unos días ya desde que José había entrado por primera vez con su nuevo equipo, parecía contento, aunque de vez en cuando se le escapaba algún comentario sobre la dureza que tenía Andrés con él en algunos entrenamientos. Yo no podía evitar estar algo preocupada por ello, aunque él insistía en que no pasaba nada.

Dormimos juntos algún día, sentía que lo que fuera que tuviéramos era cada vez más... pasábamos tiempo juntos, comíamos algunos días juntos en el comedor con parte de sus amigos y de los míos. Incluso los rumores empezaban a emparejarnos, aunque de vez en cuando algunos grupos que se formaban en cada rincón de aquella jodida residencia, no paraban de sacar rumores y meter mierda, con perdón.

Sabía perfectamente que José iba a jugar por primera vez ese domingo en Barcelona, así que decidí quedar con mi mejor amiga y convencerla de que me acompañase a verle. Tenía curiosidad por verle jugar, ya que mucha gente aseguraba que era muy bueno, pero quería comprobarlo.

Sólo esperaba poder disimular la cara de idiota que se me quedaría al verle.

Justo al entrar al campo de fútbol, divisé a un montón de personas con dos equiparaciones distintas sobre el césped verde que había, no paraban de hacer ejercicios con varios balones y estiramientos.

—Joder, qué frío.— Se quejó Irene haciendo que yo le miras haciendo una mueca.

—Lo siento, pero es que me daba mucha cosa venir sola.—

Me miró sonriéndome. —Pero no me digas que lo sientes, si yo también tengo curiosidad por ver cómo juega, tranquila.—

Asentí mientras nos dirigíamos hacia las gradas y nos acomodamos en la tercera fila para verles mejor. Poco a poco se iba llenando el estadio... era más grande de lo que me imaginaba.

Intenté buscar con mi mirada a José, y le encontré en mitad de campo. Andrés frunció su ceño en mi dirección al divisarme a lo lejos y suspiré con resignación.

—Ya está con las caras raras.— Dije mientras Irene me miraba algo confundida, sin saber de qué hablaba.

—¿Quién?—

—Andrés.— Dije con dureza.

—Pasa de él.—

Me encogí de hombros. —Creo que todavía no me ha visto.—

—Ya te verá... no hay mucha gente.— Divisó su alrededor. —¿Cómo te crees que reaccionara?—

Hice una mueca algo nerviosa y sentí mi estómago encogerse. —Uf, no lo sé.—

Ella rió por mi cara. —Respira, te va a dar algo.—

—Es la primera vez que hago esto... y además, supongo que estarán sus padres y pensarán que es algo sospechoso que aquella chica con la que le vieron hablar a la entrada de la residencia, éste hoy aquí, ¿no crees?—

—Pero, ¿te quieres dejar de agobiar, Cloe? Nadie va a pensar nada. Y si lo piensan, ¿qué mas da?— Frunció su ceño encogiéndose de hombros despreocupada. —Si todo esto avanza... algún día te tendrán que conocer, ¿no?—

Eso era verdad.

—Si.— Mordí mi labio nerviosa mientras divisaba de nuevo el campo de fútbol. Justo entonces me di cuenta de cómo José levantaba su mirada para dirigirla hacia mi.

Mi corazón empezó a bombear con fuerza contra mi pecho.

Oh joder, ¿de esa sensación hablaban cuando decían que querías a alguien?

MírameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora