Capitulo 12

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"Me encanta cuando te ríes."


—Andrés, ¿qué quieres?— Preguntó Cloe con voz suave mientras él le sonreía acercándose a ella.

—Quería saber como estabas... me he quedado algo preocupado cuando te he visto así.— Hizo una mueca mientras pasaba su mano por su bolsillo y la metía allí.

—Estoy mejor, gracias.— Sonrió algo incomoda por la situación. —Creo que me voy a ir a dormir, me estalla la cabeza.— Hizo una mueca mientras se pasaba la mano por el pelo y yo asentía con mi cabeza acercándome a ella y dandole un beso muy cerca a de la comisura de sus labios.

—Buenas noches, nos vemos mañana.— Dije mientras le sonreía. Ella me dedicó una sonrisa, que por primera vez en toda la noche, coincidía con sus ojos.

—Buenas noches, José.— Comentó Cloe mientras se despedía de mi y Andrés nos miraba con el ceño todavía más fruncido.

—Nos vemos Andrés.— Dijo antes de agitarle su mano y él le dedicó una cálida sonrisa, igual que ella a él, antes de cerrar la puerta.

—¿Todo bien? Pareces muy serio.— Dije mientras alzaba mi ceja con sarcasmo mirándole atentamente una vez que llegamos a nuestra planta.

—Idiota.— Tensó su mandíbula.

—Lo que tú digas, buenas noches.— Comenté antes de marcharme por el pasillo bajo su atenta mirada. Mi espalda quemaba de la rabia que tenía su mirada.

—¿No te ibas a Madrid?— Preguntó mientras me detenía en medio del pasillo y me giraba para mirarle a los ojos atentamente.

—¿Tanto me quieres perder de vista, Andrés?— Pregunté mientras fruncía mi ceño y le miraba a los ojos.

—Yo no, pero quiero que Cloe te pierda de vista... a ver si dejas de insistir.—

Reí negando con mi cabeza. —No creo que ella quiera lo mismo.— Comenté mientras me marchaba de allí dejándole con la palabra en la boca.

Aléjate de ella.— Escuché su voz a mis espaldas.

—La última vez que lo miré, no eras mi madre. Así que cállate la boca, porque voy a hacer lo que me de la gana.— Tensé mi mandíbula mientras él se terminaba de acercar a mi, acortando la distancia entre los dos.

—Vaya, no pensaba que tenías tantos huevos.— Rió haciendo que yo suspirase profundamente. —Pero si yo fuera tú, tampoco intentaría mucho con ella... te vas en dos días de aquí.—

Negué con mi cabeza mientras le miraba atentamente a sus ojos. —Cállate.— Le advertí.

—¡Eh!— Escuché la voz de David mientras se dirigía corriendo hacia nosotros.

—¿No te puedes meter en tus asuntos, idiota? Lo que pase con ella es mi problema, no tuyo.— Dije mientras Borja me cogía de mi brazo alejándome de él.

—Ya vale.— Comentó Borja mientas me miraba.

Andrés me miró negando con su cabeza. —Solo te he dado un consejo, no te pongas así, José.—

Suspiré mientras abría la puerta de mi habitación y cerraba de un portazo. Ya tenía suficiente con irme cómo para que viniera él a joderme con ese asunto.

La puerta se abrió seguidamente y Borja apareció por allí dejando la puerta cerrada a sus espaldas. —Tranquilízate.— Comentó intentando calmarme mientras yo me quedaba en la ventana de la habitación, mirando con curiosidad al exterior. La noche había entrado de lleno y llovía bastante a esas horas.

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