Capitulo 19

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"Perdóname."


¿Cómo alejarte de una persona que te hace daño, pero a pesar de todo la quieres más que puedes? Ni yo misma tengo la respuesta.

Debería de alejarme de ti, de decir "se acabó, todo esto llegó hasta aquí", pero no tengo la fuerza, las ganas y la suficiente voluntad de hacerlo. Sé que me haces daño, pero me haces tanto bien cuando estás conmigo, que no quiero pensar en dejarte ir... en echarte de mi vida.

Porque no quiero saber que he cometido un error después de alejarme de ti, y saber que tú no me vas a perdonar, y no me vas a admitir de nuevo si te extraño.


¿Sabes esas veces en las que pasa algo, que tu pecho se encoge y sientes una punzada en él? Intentas contener las ganas de llorar, pero no puedes. Y te derrumbas sin poder evitarlo... es cómo si sintieras como todas ilusiones se resquebrajan y no puedes hacer nada más que mirar cómo se vienen abajo.

Había cerrado hacía unos minutos la puerta con fuerza y estaba sobre la cama mientras lloraba sin parar, intentando desahogarme. ¿Qué narices había hecho mal? ¿Y si era todo un plan de Andrés para hacer que me cabrease con José y él me dejara así?

Si ni siquiera estábamos juntos, ni siquiera me había podido dejar.

El pañuelo estaba algo teñido de negro por todas las lágrimas mezcladas con eyeliner y rímel que debía de llevar en mi cara. Suspiré profundamente intentando tranquilizarme, pero el nudo en mi garganta volvió hacer que me derrumbase al escuchar en mi cabeza sus palabras de nuevo.

No me lo podía creer.

Ni siquiera estábamos juntos, pero yo sentía que lo estábamos y lo estaba empezando a querer.

La puerta sonó inmediatamente mientras yo suspiraba intentando tranquilizarme. —Cloe, soy Borja, ¿podemos hablar?—

Abrí mis ojos cómo platos y paré de llorar en seco.

¿Borja?

¿Y si había hablado con José?

—Borja, no quiero hablar.—

—Cloe... sólo quiero decirte algo, abre por favor.— Insistió nuevamente. —Te prometo que me voy enseguida.— Comentó con delicadeza, algo que necesitaba justo en ese momento.

Me lo pensé dos veces antes de dirigirme hacia la puerta y abrirla despacio. Borja se asomó y al mirarme, su rostro cambió instantáneamente. Pasé mi mano por mi pelo mientras lo acomodaba sobre mis hombros, algo avergonzada por que me viera así en ese momento. Odiaba que me vieran llorar, es más, nunca lo hacía.

—¿Puedo pasar?— Preguntó cuidadosamente mientras yo asentía y me hacía un lado, dejando que él pasara al interior del cuarto. El silencio nos inundó y seguidamente me senté en la cama mientras el mejor amigo de José se quedaba sentado sobre una silla en frente de mi. —¿Cómo estás?— Preguntó intentando romper el hielo.

Tensé mi mandíbula y mordí mi labio intentando no derrumbarme delante de él. Suspiré y negué con mi cabeza pasando mi mano por mi frente apartando un mechón de pelo que caía sobre ella. —Creo que una imagen vale más que mil palabras.— Comenté con voz ronca.

Hizo una mueca. —Se escuchaba todo desde el pasillo.— Dijo haciendo que alzase mi cabeza. Tragué saliva con dificultad.

—¿Todo?— Intenté asegurarme de ello algo avergonzada.

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