Capitulo 25

1K 117 175
                                    

"Nunca he sentido esto por nadie."

Todo es muy bonito cuando todo empieza, pero una bomba cuando acaba. Porque te entra poco a poco, con miradas, palabras, sonrisas y besos... y noches de pasión. Te cala muy hondo, hasta el momento en el que olvidar es demasiado difícil. Te ilusionas, disfrutas. La persona a la que más quieres, se queda enganchada en tu corazón. Y cuando tiene que salir, no puede, porque está tan metida en tu interior, que es prácticamente impossible olvidar. Y entonces todo explota en tu interior y a a tu alrededor como una bomba de relojería.

Y te deja tan destrozada, que no sabes si vas a poder reconstruir tu corazón de nuevo.

Y es entonces, cuando te das cuenta... de que lo repugnas por hacerte sentir tan mal, y le amas por haberte hecho sentir tan feliz. Y aunque querrías odiarlo, es ya impossible odiar a una persona tan importante para ti.

No puedes odiarle. Hay algo en tu interior que no te deja.

Ignoré a todas las voces que llamaban mi nombre, simplemente me dediqué a andar en dirección contraria al club del que acababa de salir apenas segundos. El frío aire chocaba contra mi cara y me refrescó... mi rostro estaba mojado totalmente por las lágrimas que empapan mi piel y fue entonces cuando sentí pasos detrás de mi.

—¡Cloe! Por favor. Espera.— Aligeré mi paso y sollocé al escuchar su voz.

—Déjame en paz.— Dije finalmente con voz ronca.

—Cloe, cariño, no es lo que parece.— Me zafé de su agarré.

Fruncí mi ceño mientras me volvía para encararle.—Por favor ni se te ocurra llamarme cariño después de liarte con esa zorra delante de mis narices.— Negué con mi cabeza incrédula por sus palabras.

Tragó saliva. Sus ojos parecían perdidos en los míos. Su cara era un auténtico poema.

—Cloe, escúchame.— Se intentó acercar, pero sólo consiguió un empujón con mis puños en su pecho intentando apartarle.

—Vete a la mierda, José. No te quiero volver a ver.— Comenté totalmente rota. Divisé a Borja y Sofía detrás de mientras se dirigían hacia nosotros.

—Yo no la he besado, Cloe.— Negó con su cabeza mientras yo fruncía mi ceño.

—¿Pero cómo tienes la cara de decirme que no la has besado? Si lo he visto con mis propios ojos.— Señalé hacia el club de mal humor con mi brazo, las lágrimas caían sin parar por mis mejillas.

—No llores, por favor. No quiero verte así.— Se volvió a acercar y di un paso hacia atrás.

—No me toques.— Dije con dureza y negué con mi cabeza —Debí de creerles cuando decían que eras igual que todos los demás. Sólo querías follarme y dejarme.— Negué de nuevo mientras contenía un sollozo.

—Cloe, espera.—

—¿Sabes? Andrés tenía razón.— Dije finalmente antes de que Borja se paralizase detrás de su mejor amigo y cogiera a José por sus hombros antes de que diera un paso al frente.

Vi cómo su mandíbula se marcaba a través de la piel de su rostro y negó con su cabeza. —No metas a Andrés en esto.— Dijo enfadado.

—No hay que meterle en nada... porque ya no hay nada. Se acabó.— Finalicé con dureza. —No te quiero volver a ver.— Tragué saliva con dificultad y Sofía cogió mi brazo mientras me apartaba de él.

—Vamos, Cloe. Es mejor que te tranquilices.— Le miré por última vez a sus ojos, parecía dolido y roto, pero yo lo estaba más porque había presenciado aquella escena que me había terminado de romper por completo.

MírameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora