Capitulo 18

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"Te puedes ir con él si te da la gana."

Eres un caprichoso. Me quieres, y luego no me quieres. Me haces volver, para tenerme a tu lado... pero cuando te da la gana me ignoras, me haces daño, y me dejas. Yo lo paso mal, lloro unas cuantas noches, y luego vuelves conmigo de nuevo.

Entonces, dime qué narices quieres de mi.

O me quieres a mi, o me quieres lejos de ti.

O me quieres a tu lado, o me dejas vivir.


José me miró tragando saliva con dificultad y negó con su cabeza. —¿Qué?— Preguntó confundido mientras me miraba a los ojos atentamente.

—Necesito saber quién es.— Suspiré.

—¿Lucía?—

Asentí. —Si.—

—¿Cómo sabes ese nombre?—

Hice una mueca. —Anoche tuviste una pesadilla y no parabas de decir su nombre... necesito saber quién es.— Proseguí con decisión.

Pasó su mano por su nuca algo nervioso y suspiró profundamente mientras su pecho subía y bajaba con fuerza a través de su camiseta de manga corta blanca.

Le miré mientras se mantenía en silencio y esquivaba mi mirada. —No quiero tocar ese tema, por favor.— Dijo algo "afectado" su rostro había cambiado justo en el momento en el que yo había pronunciado el nombre de esa chica.

—¿Es tu novia?— Pregunté mientras él me miraba frunciendo su ceño.

—¿Crees que si tuviera novia, estaría así contigo?— Me miró fijamente, parecía enfadado por mi pregunta.

Suspiré. —Pero entonces, no entiendo por qué no quieres hablar de eso... sólo quiero saber quién es, no qué ha pasado ni nada, José.— Dije mientras me acercaba hacia él. —Anoche cuando decías su nombre, parecías bastante nervioso y no lo pasabas bien y... no sé.— Suspiré negando con mi cabeza. —Simplemente estoy preocupada por eso.—

Me miró atentamente a los ojos y yo hice una mueca mientras se acercaba lentamente a mi. —No tienes por qué preocuparte por eso, ¿vale?—

—Entonces, ¿por qué no quieres decirme nada? No lo entiendo.— Comenté de nuevo rendida por que sabía que no me lo iba a decir.

Pasó sus manos por mis mejillas e hizo que le encarase tirándome a los ojos atentamente. —Porque es algo que me cuesta recordar, así que preferiría que dejásemos el tema aquí, por favor.—

Asentí con mi cabeza, aunque no estaba muy de acuerdo. Si realmente queríamos empezar a tener algo, yo quería saber su pasado y sus miedos... para tratarle cómo debía. ¿O quizás no quería nada más y por eso no quería comentármelo?

Hice una mueca. —Está bien, lo siento.— Suspiré resignada.

—No pasa nada. Sólo estabas preocupada.— Susurró en mis labios antes de besarme y hacer que todas las dudas, preguntas y miedos se desvanecieran rápidamente de mi cabeza. El beso se acabó a los segundos y me quedé prácticamente sin aliento.

Adoraba cómo besaba.

Sus manos se deslizaron por mi cintura mientras me apretaba contra su pecho todavía más, y solté un gemido en el beso que empezó en cuestión de segundos. —Siento si te he presionado.— Susurré en su cuello cuando suspiré profundamente cuando nos sentó a los dos en la cama. Yo estaba encima de él.

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